Encuentros

Berto Cáceres (Spinda Records), trabajando en lo que te apasiona

El sello andaluz se ha convertido en referente del rock nacional. Por su manera de hacer las cosas, por la honestidad y el cariño que deposita en todos y cada uno de sus lanzamientos y por poseer una cualidad que es la suma de todos esos factores. La certeza de que si un disco lleva impreso su logotipo estás ante una apuesta segura. Su trayectoria es ejemplar, y dando pasos lentos pero seguros ha ido ampliando de manera consistente su radio de acción además de tener la energía y la ilusión suficientes para involucrarse en proyectos cada vez más ambiciosos artísticamente hablando. Berto Cáceres, alma de Spinda Records, demuestra tener las cosas muy claras y además sabe explicarlas. Así que prestémosle atención…

Leí una entrevista en que decías que tenías la necesidad de devolverle a la música todo lo que te ha dado. ¿Esa fue la motivación para crear Spinda Records? ¿Cómo empiezas con el sello?

En realidad hubo una doble motivación: por un lado y como bien dices, hacía ya un tiempo que sentía la necesidad de colaborar y ayudar a los músicos, que tan importantes son en mi día a día, poniéndole banda sonora a mi vida. Tras una serie de casualidades y conversaciones que tuve la suerte de presenciar, un día me lancé a la piscina y abrí una página de Facebook llamada Spinda Records. Sin embargo, con el paso del tiempo, caí en que también existía otra razón y no era otra que el hecho de haberme convertido en padre… Si tenía que estar alejado de mis hijas durante 8-10 horas al día pues que al menos fuera para hacer algo que me apasionara. Tras unos meses compaginando mi anterior trabajo y el sello, decidí que había llegado el momento de arriesgar y mover ficha. Aproveché que me quedé en desempleo para jugármelo todo a una carta intentando que Spinda Records pasara de ser un hobby a un trabajo a jornada completa. Y en esas estamos…

Ardua tarea la de llevar adelante una discográfica minoritaria. ¿Cuáles serían los principales obstáculos con los que te encuentras?

¿Obstáculos? Tantos como te puedas imaginar. Los principales son la distribución física y digital. La música que se trabaja en Spinda Records es minoritaria; de ahí que las tiradas en formato físico sean cortas. Esto, a su vez, provoca que los precios de producción, distribución y venta aumenten forzosamente, quedándonos fuera de los circuitos de distribución en algunas ocasiones. Y esto afecta negativamente al recorrido del álbum; al igual que el hecho de trabajar con bandas que en su práctica totalidad no viven de la música desgraciadamente, lo que dificulta que se puedan implicar al 100% porque, como es normal, sus miembros tienen otras responsabilidades laborales, además de las familiares. Hay que anticiparse un poco a los acontecimientos y adivinar cómo va a funcionar más o menos un lanzamiento para saber hasta dónde puedes llegar. A veces te sale bien y a veces te sale mal.

Y, por otro lado, está la distribución digital, en la que si careces de contactos potentes o pagas es prácticamente imposible aparecer en las listas de reproducción oficiales de las diferentes plataformas de música en streaming, lo cual a su vez hace que los ingresos derivados de estos servicios sean prácticamente inexistentes.

La cuestión fundamental… ¿Se puede vivir de esto? Sellos como el tuyo en otros países funcionan estupendamente…

Llevo viviendo de esto en torno a 2 años, pero no te voy a negar que es un negocio muy volátil y arriesgado. Sinceramente, no creo que lleve el tiempo necesario para poder responder a tu pregunta.

Lo que sí es importante es que se entienda que llevar un sello de este tipo es algo muy de andar por casa; es como la típica frutería del barrio en la que has de cuidar a tus clientes ofreciéndoles la mejor fruta de temporada y, por supuesto, a buen precio; tienes que pelearte con tus proveedores para que te entreguen la mercancía lo más fresca posible y en el momento acordado; tienes que mantener la tienda limpia y ordenada para que la fruta entre por los ojos… Spinda Records es una tienda de barrio, pero a la que se accede a través del navegador.

¿Cuál es tu filosofía a la hora de editar un disco? ¿Qué requisitos tiene que cumplir un álbum para que te plantees ponerlo en el mercado?

Lo primero es que me toca la fibra sensible. Si cuando me pasan un disco, éste no para de sonar en mi reproductor… ahí ya está todo prácticamente hecho. Intentaré participar en ese lanzamiento de un modo u otro, puesto que no siempre puedo del mismo modo y hay muchas formas de colaborar con las bandas. Por supuesto y no te lo voy a negar, también es importante ver cómo se mueve la banda y que haya buena sintonía entre las partes, ya que por mucho que te guste un álbum, si la banda no se implica un mínimo o la comunicación no fluye lo suficiente, ese lanzamiento acabará complicándose sí o sí.

Para mí, ésta es una de las partes más bonitas de tener un sello discográfico: el momento previo a contactar a la banda para decirles que te encantaría trabajar con ellos; esos días en los que eres una de las pocas personas que han escuchado el disco, y lo estás gozando de lo lindo.

También te liaste organizando conciertos, las Spinda Sessions e incluso un pequeño  festival, el Spinda Fest….  Más madera, ¿no?

Efectivamente, empecé a hacer algunas cosas como el Spinda Fest con Viaje a 800, Bourbon, Grajo y Doctor Sax, pero llegó la pandemia y todo se fue al garete de inmediato. Desde entonces habré organizado 2-3 eventos nada más. No me considero un promotor de conciertos, sino que la actividad venía a complementar la edición y distribución discográfica dentro de Spinda Records. Anteriormente había trabajado en producción de festivales y eventos culturales, aunque más relacionados con las artes escénicas, por lo que tampoco era algo completamente nuevo para mi – de hecho, es algo que me gusta mucho por la adrenalina que conlleva y por la organización que requiere. Imagino que pronto me liaré la manta a la cabeza de nuevo, cuando la situación sanitaria esté más controlada o cuando ya no me aguante más, y volveré a organizar algo.

Vas asociado a la cantera del sur y a pesar de que editas también discos de bandas y artistas de fuera de Andalucía la labor de Spinda creo que es fundamental para la potente cantera que hay ahora mismo por esas tierras. Y a nombres como Bourbon, Atavismo o Híbrido me remito… ¿Es realmente tan bueno el estado de forma de la música rock andaluza?

Sí, es cierto que al principio me centré mucho en Andalucía, pero hoy en día trabajo con formaciones que proceden de distintos puntos geográficos de la península; de todas formas, se trata de algo que ocurre de manera natural y para nada es premeditado.

Respecto al estado de forma de la cantera andaluza, la situación por aquí abajo es sencillamente brutal en cuanto a la calidad de las propuestas musicales; pero la misma historia ocurre en otras zonas como Galicia y la Comunidad Valenciana. Creo que hace ya un tiempo que las bandas le perdieron el miedo a ser “andaluces” y ahora se trabaja de un modo muy inteligente la integración de las raíces culturales y las influencias provenientes de USA y UK principalmente. El resultado lo tienes en bandas como Atavismo, Viva Belgrado, Grajo, Dani Llamas, DMBK o Bourbon, entre otras. Andalucía siempre ha sido una zona muy rica culturalmente, y ahora volvemos a tener el foco en nosotros; lo que hay que ser inteligente y aprovecharlo porque igual que llegó se irá.

Viaje a 800 es una banda esencial para entender un poco el espíritu que guía Spinda. Reeditaste sus discos, algo que me parece un acto de justicia con una formación que mereció mucho más…

Bueno, Viaje a 800 fue, es y será esencial en mi vida por lo que siempre que ellos quieran Spinda Records estará ahí. Y estoy contigo en que merecieron mucho más; sonará a tópico pero es que iban muy adelantados a su tiempo. Tuvieron que romper muchísimas barreras, al igual que otras bandas de la época como Mermaid, Fooz o RIP KC, pero no todo les salió como esperaban por diversas razones que todo el mundo conoce. Sin embargo, creo que las re-ediciones y el tiempo están ayudando a poner las cosas en su sitio y otorgarle a Viaje a 800 el lugar que merecen dentro de la historia del rock en España, aunque todavía hay que seguir trabajando duro para ello.

Es inevitable preguntarte por las consecuencias de la dichosa pandemia para todo el sector y, obviamente, para un sello como el tuyo…. Todo un vía crucis imagino…

Una auténtica penitencia es por lo que estamos pasando, pero muy parecida seguramente a la que estáis sufriendo en Ruta 66 o cualquier otro medio impreso. Creo que la pandemia lo único que ha conseguido es dejar claras varias cosas como que al Gobierno la cultura no le importa en absoluto; que la industria musical en España necesita urgentemente una regulación ajustada a la realidad del sector; que a los festivales lo que les mueve son las copas; y que el underground seguirá siendo underground.

En mi caso, la pandemia llegó en plena fase de aceleración, por lo que me vi obligado a echar el freno de mano, ir marcha atrás, e incluso buscar otro trabajo temporalmente. La única solución que encontré (puesto que no me pude acoger a prácticamente ninguna ayuda pública) fue trabajar muchísimas más horas en la edición y distribución discográfica para intentar llegar a los números de antes, pero evidentemente fue y no es posible.

Además de vinilo y compacto he visto que trabajas un poco el formato casete. ¿Lo ves un soporte válido en los tiempos que corren o es una pequeño hype que durará poco?

Siempre lo he entendido como un artículo de coleccionismo, aunque el feedback que me da la gente difiera de ello. Me gustaría saber cuántas de las personas siguen teniendo una pletina, un radio-cassette o un walkman en su casa. Yo por suerte tengo una pletina de los 80 y hay ciertos discos como los de Alice in Chains, Nirvana o Hamlet que me gusta mucho escucharlos en este formato porque me transporta directamente a mi adolescencia. Pero creo que el cassette ha vuelto para quedarse, y eso es algo que se ve claramente en el brutal aumento de las ventas año a año desde hace un lustro. Vamos, yo mismo me pillé varios discos de The Black Angels y Mars Red Sky en este formato.

Diseño gráfico del proyecto Grados. Minutos. Segundos.

Explícanos ese último proyecto llamado genéricamente Grados. Minutos. Segundos. La verdad es que desde fuera se antoja una tarea tan titánica como atractiva.  No debe ser sencillo coordinarlo todo… 

Se trata de una caja compuesta por 12 vinilos de 7 pulgadas compartidos entre 24 bandas españolas que presentan material inédito. No es otra cosa que un viaje por lo más profundo del underground en el que se descubren grupos que van del rock alternativo al rock progresivo, pasando por la psicodelia, el noise, el shoegaze, el hard rock y otros géneros. Sin duda, está siendo el proyecto más ambicioso, arriesgado y precioso en el que he trabajado en Spinda Records. Requiere de una organización y una coordinación brutal, pero disfruto cada vez que me enfrento a él. Además, me ha permitido conocer a multitud de músicos y adquirir nuevas formas de trabajar y conocimiento, por lo que el disfrute es doble.

Los gallegos Moura, una de las bandas que aparecen en Grados. Minutos. Segundos.

¿Cómo has afrontado la selección de las bandas participantes?

Esto ha sido, hasta ahora, la tarea más compleja de todo el proyecto puesto que había que tener multitud de factores en cuenta como que al grupo le gustara el proyecto; que su discográfica actual no pusiera impedimentos; que el grupo pudiera entregar el master a tiempo; la procedencia geográfica; el estilo de música, etc. Al principio hice una lista de 10 grupos que creía que debían estar, y con los que tenía ya cierta confianza, y todos lo fliparon con la idea. Con el tiempo y como te podrás imaginar, hubo grupos que se cayeron y otros que entraron a última hora; pero es que 24 bandas son muchas bandas. He pretendido hacer una radiografía sonora de la escena a nivel nacional, y muy contento que estoy con las bandas participantes, auque me hubiera gustado algo de más presencia dentro del post-hardcore y el post-rock.

Habéis cuidado mucho el envoltorio y el diseño gráfico, algo común en todas tus referencias, y parece que la acogida del público ha sido buena. La edición Freak ya está agotada. ¿Contento con la respuesta?

Estoy muy contento con la respuesta; está siendo muchísimo mejor de lo esperado, aunque siempre hay que tener los pies en la tierra… Es un proyecto difícil de mover y muy espaciado en el tiempo, por lo que la promoción es factor clave. No es fácil explicarle a la gente que se trata de una suscripción anual en la que cada 3 meses recibes en casa 3 vinilos y así hasta completar los 24 vinilos que compones la caja.

En cuanto al apartado visual, el resultado es sencillamente asombroso; me recuerda mucho a las cajas de los antiguos juegos de mesa. La verdad es que es de alavar el trabajo de The Braves Church o de Kantz (cantante de Delobos y Habitar La Mar), que es quien está detrás de todo esto; es un profesional como la copa de un pino que sabe leer perfectamente lo que necesita cada proyecto. A todo el mundo le está encantando el resultado visual de la caja.

Para finalizar… ¿En qué estás pensado de cara al futuro? ¿Tienes intención de retomar el Spinda Fest en cuanto se pueda?

Pues mira, actualmente estoy trabajando en los lanzamientos de los debut discográficos de Battosai, Maragda y Luna Vieja; así como en los nuevos trabajos de Plastic Woods, Cuneo, The Dry Mouths, Moura y Acid Mess; y en una re-edición por todo lo alto del ‘Coñac Oxigenado’ de Viaje a 800, con motivo de su X Aniversario y que incluye aquella primera versión del álbum que nunca vio la luz y que contiene material inédito.

Los conciertos llegarán, tarde o temprano. Me gustaría programar más asiduamente en ciertas salas, y las primeras fechas ya se están cerrando. Y el Spinda Fest también volverá, que en la primera nos lo pasamos genial.

Manel Celeiro

Más info en: https://spindarecords.com/

 

 

 

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