Discomático

-GAILU – Begiak, Egiak Ba Ote? (Bidehuts)

Si eres abierto de miras sonoras disfrutarás con este disco. Fermín Muguruza, fan declarado, habla de referencias tan dispares, pero destacadas, para ellos como Beastie Boys, O*Ken*3, Ximorra, R.I.P., Inoren Eron Ni, Chopin, Gil Scott-Heron, Tom Waits, Richard Davis, John Lurie o Chet Baker.

En las literarias tenemos a Alejandra Pizarnick, Xabier Montoia, Juan Luis Martínez, Itziar Lamuedra Calo, Gerardo Markuleta, Roberto Bolaño, Rudolph Wurlitzer, Jack Kerouac o Jim Jarmush. De hecho entre los agradecimientos de la banda tenemos a muchos de ellos como Markuleta, Waits, Benigni, Jarmusch y Lurie. Claro que entre los múltiples samplers tenemos uno del Down By Lawn de Jarmusch. Además Minor Threat, Carail 44, R.I.P., Familia de Medianoche, The Clash, Riff Cohen, Söndörgö, Eric Dolphy, Karen Dalton, Hugh Masekela o The Exploited. Con todo este batiburrilo Muguruza se inventa la etiqueta de Rural Elektro-Hardcore. A mí me gusta más y me parece que abarca más espectros de su rico sonido la de Euskal Urban Hardcore Elektro Hip-Hop. Una rica y sólida amalgama de punk, hardcore, post-hardcore, old school hip-hop, dub poetry, spoken word, música negra, electrónica (drum&bass, jungle, trip-hop) y hasta l actualmente conocida como música urbana.

Disco de choque y de combate firmado por un trío de kamikazes, sin guitarras, formado por Okene, Mikel y Drake. Nombres presentes en los últimos 30 años de la mejor música euskaldun y formaciones como Negu Gorriak, BAP!!!, Inoren Ero Ni o Anari. Okene canta o recita, según el momento, con una personalidad arrolladora. El ritmo brutal de bajo y batería le hacen un colchón genial que se nutre aún más con esos ricos samplers ya citados. Así a mí me han venido a la mente otros nombres más o menos actuales al escuchar este disco como los de Royal Blood, Public Enemy, Gil Scott-Heron, Goldie, The Residents, Aztlan Underground o los Clash del Sandinista. De hecho el funk marciano de «Jada Deus Ez Da» cuenta con un sampler del «The Magnificent Seven». Otro puntazo es la inquietante narración final de «Zikin» («Sucio»)  con su bajo-batería casi industriales y apocalípticos, por momentos. ¡Sucios y duros pero especialmente indicados para estos tiempos tan convulsos!

Texto: Txema Mañeru

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