Artículos

Blues en la encrucijada: Whitesnake – The Blues Album: ¿capa de pintura o chute de botox?

Muchos son los que aseguran que el blues está muerto. Pues desde aquí vamos a demostrar que no. Que está más vivo que nunca, y no solo eso, sino que ha sufrido múltiples mutaciones. Y que blues hay hasta debajo de las piedras. Blues bastardo, quizá. Pero a fin de cuentas, blues.

En 1987, el aironfix de mi carpeta de segundo de BUP protegía fotos de Samantha Fox, los logos de Jack Daniel’s y Marlboro y otras muestras de confusa autoafirmación adolescente. Y entre ellas, una foto de cinco señores con permanente, presumiblemente recortada de la Metal Hammer: acababa de descubrir a Whitesnake, con el álbum titulado como ese año, y como mandaban los cánones (o, al menos, mis manías personales), el vinilo se vertió en una basf de 60 que acabó destrozada a escuchas. Aquel hard rock machote y calentorro me pillaba con las hormonas danzando en pelotas, música celestial para un gafotas aun imberbe que se lo había pasado bien con los dragones y mazmorras de la NWOBHM, pero que ahora estaba a otras cosas. Sin tiempo que perder, buena parte de la pasta que lograba ahorrar se fue a echar la vista atrás. Descubriendo con ello que aquella banda había empezado con un sonido mucho menos metálico, con unos músicos mucho más feos pero, eso sí, con un concepto igual de sicalíptico. Durante un par de años, discos como Lovehunter, Ready An’ Willing, Come An’ Get It o Saints & Sinners, por no hablar del directo Live… In The Heart Of The City fueron parte de mi dieta musical, y el blues rock que destilaban, parte de mi aprendizaje como oyente.

Live In The Heart Of The City: Whitesnake: Amazon.es: MúsicaA su carrera posterior le fui perdiendo paulatinamente la pista, conforme cada disco me parecía más flojo que el anterior, pero sirva esta pequeña introducción para argumentar que me hice fan de ellos justo cuando dieron el vuelco más significativo a su carrera. Excusatio non petita…lo reconozco. En cualquier caso todo este rollo viene a cuento a raíz de la publicación en febrero de The Blues Album, última entrega de la terna de antologías que el amigo David se ha sacado de la manga, a cargo de Rhino Entertainment. Bautizada como Red, White and Blue, la inauguró The Rock Album (blanco), seguida por Love Songs (rojo), publicados respectivamente en junio y noviembre del año pasado, con títulos que no precisan más explicación.

Fue con la presentación del segundo, el año pasado, cuando se recogían unas declaraciones de Coverdale explicando el por qué de la maniobra: “todas las canciones han sido revisadas, remezcladas y remasterizadas (…) se trata de la misma casa, Whitesnake, pero tiene una hermosa y fresca capa de pintura”. Y aquí, y centrándonos en el disco “de blues”, es donde cabe preguntarse si esa capa de pintura era necesaria y si, los pequeños retoques efectuados son una simple mano de pintura o cuatro pinchazos de botox que en nada mejoran el original. ¿Lo afean? No me atrevería a afirmarlo, tampoco. Dejémoslo en que, reproducida en un buen equipo, la selección se deja escuchar.

Whitesnake - The Blues Album : Whitesnake, Whitesnake: Amazon.es: MúsicaSe agradece no obstante que, al igual que en las dos anteriores entregas, la criba haya obviado su primera e inmortal etapa: todo el material aquí repintado va de 1984 en adelante, con una incursión puntual («The River Song») en Into The Light, su álbum en solitario del 2000. Es decir, desde Slide It In, soberbio banco de pruebas para lo que vendría después. Sea por dignidad y/o vergüenza torera, o por cualquier otro motivo, hay que agradecer que aquel imprescindible legado previo a la laca se haya dejado tranquilo. Pero por otro lado y como consecuencia de ello, al obviar el blues rock de sus años mozos, el título del disco queda un poco tramposillo. Vale, hay en sus surcos más blues que free jazz, habaneras o death metal, pero no el suficiente (¡ni mucho menos!) como para usarlo de leitmotiv.

 

También podría debatirse si a estas alturas, en pleno 2021, alguien que no sea fan a muerte de Coverdale se va a dejar la tarjeta en un artefacto como este. Aficionados al blues ya les digo yo que pocos. Siguen saliendo demasiadas cosas interesantes cada mes como para que vayan a picar con un refrito de hard rock, por más coartada bluesy que quiera vender.

En cualquier caso, para los curiosos más nostálgicos, The Blues Album ofrece algunos pequeños placeres, obviamente. Volver a escuchar, ni que sea con nuevas remezclas, canciones tan redondas como «Give Me All Your Love», «Slow An’ Easy» o «Crying in The Rain» no amarga a nadie. Pero si Coverdale quisiera de verdad refrendar sus palabras, esas en las que dice continuar inspirándose en músicos como Muddy Waters, Howlin ‘Wolf y los tres Reyes Magos (Albert, B.B. y Freddie), debería cambiar de tercio. Cortarse la peluca, encerrarse en un estudio con músicos jóvenes, desconocidos y a poder ser, negros, y grabar un álbum de blues de verdad. Sucio, grasiento y recalentado.

Muy probable, a estas alturas, no parece.

Eloy Pérez

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter