Se presentaba el libro Los Sureños No Llevan Paraguas, escrito por nuestros compañeros de redacción Eloy Pérez y Eduardo izquierdo y editado por Muddy Waters Books, dentro del ciclo Pocket Concerts que se programa con regularidad en el Centre Cultural. Tras la correspondiente charla sobre el volumen -con los dos autores presentes y con el periodista y escritor Manuel López Poy como moderador- subieron al escenario los Booty Hunters.
Tras largo tiempo sin tocar debido a las causas que ustedes imaginan los del Baix Llobregat empezaron con algunas dudas, pero superaron problemas técnicos y fueron yéndose hacia arriba minuto a minuto. Son como motores diesel, van calentando y subiendo de revoluciones progresivamente hasta estallar en un pandemónium sonoro que a pesar de sus reconocibles influencias posee una personalidad única.
Tan cómodos en los sonidos country y bluegrass más tradicionales como en los estallidos de ira espoleados por la energía del punk y el latido afilado del metal el quinteto demostró, por enésima vez, que tienen pocos rivales sobre las tablas. Su directo es magnético, visceral e imprevisible, una celebración que tiene en Xavi Ollé al maestro de ceremonias ideal. Tan pronto santo como demonio maneja a su antojo el tempo del concierto, frenando o acelerando a sus compinches en función de esa comunión pagana que obtienen con sus fieles.
Tuvimos la ocasión de poder escuchar varios temas de lo que será su esperado nuevo disco, algunos de los clásicos de su repertorio, nunca me canso de «Founding Two», «Sickness of Pain», «City Sucks» o «Last Drink for a Dead Man», y disfrutar del acostumbrado final desenchufado cantando entre el público, respetando todas las normas sanitarias, con las palmas del público echando humo y las sonrisas de felicidad bien visibles tras las mascarillas, dejando clarito que en lo suyo son supremos.
Manel Celeiro
Fotos: Xavier Mercadé.