La historia de este disco es sencilla. Riley Downing, miembro habitual de The Deslondes, decide aprovechar el aburrimiento de la pandemia – ¿será verdad que algo bueno nos ha dejado?- para grabar un EP en solitario. De hecho, hacía meses que The Deslondes había anunciado que cada miembro de la banda haría un disco en solitario. La cosa es que Riley se viene arriba, y lo que iba a ser un disco corto acaba en un larga duración en toda regla. Doce canciones coproducidas por Andrijia Tokic (Alabama Shakes, Hurray for the Riff Raff) y su compañero de banda, John James Tourville. Graban, además, con una lista de músicos apabullantes. Jack Lawrence de The Raconteurs, Dennis Crouch, compañero de Johnny Cash, Meg Coleman de la banda de Yola o Jimmy Lester de los Straitjackets, entre muchos otros. El resultado es un disco de Americana variado, con alguna que otra influencia de su ciudad de origen, Nueva Orleans (aunque ahora vive en Missouri), y mucha presencia de música de raíz de principios de siglo combinada con sonidos más actuales como en «Good To See Ya». No en vano, Downing asegura que empezó a componer el disco tras volver a casa de comprar música y que su colección abarca, sobre todo, álbumes anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Una voz profunda, densa, casi de barítono, sirve de paseo por un conjunto de canciones ciertamente sorprendente, por lo gratificante de su escucha, y en la que no echamos de menos el sonido de su banda. Esto es otra cosa, y así lo hemos entendido.
Eduardo Izquierdo
