Encuentros

Los Hermanos Cubero, música del pueblo para el pueblo

Son un ente único, el dúo es exponente solitario de un género musical propio y personal, nadie hace lo que hacen ellos, una rara avis que seduce con canciones que conquistan corazones apelando a los sentimientos y a la cotidianidad de la vida. Sencillos, directos y con la honradez como bandera los hermanos Cubero regresan con un disco doble repleto de invitados y que es el muestrario perfecto de todas sus caras. Quique y Roberto nos hablan del nuevo disco y otras cosas…

Tras publicar un disco emotivo como Quique dibuja la tristeza, de una intensidad abrumadora y que suponía una catarsis emocional en toda regla… ¿Cómo afrontasteis la creación de las canciones contenidas en  Errantes Telúricos?

Quique: En ese sentido aquel disco fue muy intenso, todas las canciones compuestas por mí y con el trasfondo que ya se conoce. En Errantes telúricos solamente aporto 2 nuevas composiciones y una de ellas ya estaba escrita de antemano, antes del funesto fallecimiento de mi esposa, de hecho, estaba (y está) dedicada a ella. Pero sí, con las veces que hemos tocado ese disco y la distancia que da el tiempo he tenido ocasión de tomar algo de aire, también, conscientemente, procuro alejarme de aquello y trato de tomar otros derroteros.

Roberto:  Creo que en nuestro caso, a la hora de crear no tenemos muy en cuenta lo que hemos hecho antes. Simplemente nos guiamos por lo que necesitamos comunicar o por el empuje que sintamos en cada momento. La elección de los temas estuvo completamente ligada al carácter de cada invitado, y aunque en algunos casos parezca que les hemos sacado de su zona de confort, había algo que nos decía que a cada uno le correspondía esa canción. En algunos casos son canciones escritas recientemente y en otros casos se trata de canciones que ya teníamos escritas pero que no habían encontrado acomodo en discos anteriores. Y en los casos de temas tradicionales, la elección también está ligada a la personalidad de cada artista. Excepto Grupo de Expertos Solynieve, que eligieron ellos el tema y nos flipó la propuesta.

En Flor de Canciones (2013) ya tuvisteis a Mario Cobo, Javier Cortés, Víctor Coyote, Lluis Gómez y  Diego Galaz echando una mano de forma más puntual… ¿Cómo nace la idea de que este nuevo álbum sea un disco de colaboraciones en su totalidad?

Quique: La verdad es que nos fuimos liando, todo empezó por una conversación con nuestro mánager, que también lo es de Amaia y que nos propuso una colaboración con ella, al principio iba a ser solo eso, una canción. Después, también nuestro mánager, nos propuso al Grupo de Expertos Solynieve, ahí ya pensamos en un EP físico. Y después poco a poco fuimos pensando en ampliar ese elenco hasta juntar 10 canciones en total con aquellos con los que teníamos afinidad y admiración mutua.

Roberto: Realmente, una de las cosas más potentes de la música popular es la facilidad para compartirla. Sentarte con alguien y tocar solo por el hecho de disfrutar es una de las mejores sensaciones. Así que un disco de colaboraciones es algo que motiva mucho.

Os rodeáis de un elenco de impresión. Desde tótems del rock patrio como Josele Santiago, Hendrik Röver o el Grupo de Expertos Solynieve hasta jóvenes promesas, como Rodrigo Cuevas o Amaia, y valores consagrados, Rocío Márquez, Carmen Paris, Cristina Rosenvinge, Ara Malikian o Nacho Vegas… ¿Estos eran los nombres que siempre tuvisteis en mente para que estuvieran presentes?

Quique: Bueno, como decía antes, una cosa nos fue llevando a otra. Desde luego son artistas con los que tenemos alguna afinidad, con los que hemos coincido antes en alguna ocasión, véase compartiendo cartel, colaboración o simplemente como espectadores mutuos., y a los que, por encima de todo, admiramos. Por el camino se quedaron otros nombres a quienes se lo propusimos, pero por distintos motivos no acabó fraguando, y otros que nos consultamos entre nosotros y no llegamos a un acuerdo. Lo importante para nosotros es que artistas de esta talla están aportando su buen hacer en un disco nuestro, eso nos satisface plenamente. Y ahora, además de admiración les profesamos un profundo agradecimiento.

Roberto: De manera paralela a la elección de los temas iban saliendo los nombres. Como dice Quique, son todo artistas que admiramos desde hace tiempo y con los que sentimos que tenemos muchos puntos en común, que aunque no se aprecie en la forma, creo que sí se aprecia en el fondo. La verdad es que para nosotros es brutal que gente de esa talla y talento hayan accedido a grabar con nosotros.

La verdad es que el disco funciona de maravilla. Posee una coherencia inusual en este tipo de trabajos en que se juntan artistas tan diversos. ¿Qué tal la química con todos ellos?

Quique: El trato con todos ellos fue exquisito, como decía, a casi todos los conocíamos en persona de antes, y lo cierto es que todos ellos lo pusieron muy fácil. La pandemia nos truncó un poco nuestros planes, porque la idea inicial era juntarnos en persona para acabar de arreglar la canción y grabarla juntos, pero con los estados de alarma, los confinamientos, etc… solo pudimos hacer eso en la mitad de los temas, el resto lo tuvimos que hacer a distancia, grabando nosotros nuestra parte y ellos la suya. Eso nos quitó un poco de diversión a nosotros, pero los temas han quedado redondos igualmente.

Roberto. En ese sentido, la grabación de Proyecto Toribio, que fue en diciembre de 2019 sí que pudimos hacerla en directo junto con los violinistas invitados y fue muy guay.

Os tengo que decir una cosa, creo que en este disco está el tema más comercial de toda vuestra discografía. «Así llegué a Granada», adaptación de «How I Go To Memphis», grabada junto a Grupo de Expertos Solynieve. ¿Qué me decís sobre ella?

Quique: Efectivamente es una adaptación de Manu Ferrón de un tema de Tom T. Hall. Esto fua propuesta suya y nos encantó la idea. El concepto que nosotros teníamos al plantear el disco era tratar de sacar a cada artista de su terreno natural para acercarlo más al nuestro, en este caso la propuesta vino del Grupo de Expertos Solynieve, así que pensamos que estaría bien salirnos nosotros también de nuestro espacio. Tal vez por eso es la más comercial… (Risas)

Roberto: Tom T. Hall es uno de los mejores escritores de canciones de la música popular. Escribe con precisión milimétrica, con toda la intención del mundo, y con una visión siempre crítica. Así que cuando nos lo propusieron, nos pareció perfecto. Y también nos gustó mucho la adaptación a castellano que hizo Manu Ferrón, completamente fiel a la original. Un gustazo.

La canción junto a Nacho Vegas, «La Boda y el Entierro», me ha recordado al disco que grabó bajo el nombre de Lucas 15 con canciones del folklore asturiano… ¿Conocíais el disco? Se pueden encontrar en el citado trabajo ciertas similitudes de concepto con lo vuestro…

Roberto: Conocíamos el disco de Lucas 15. Y casi fue así como llegamos a Nacho Vegas, ya que nosotros ya éramos fans de Llan de Cubel, el grupo de folk de Xel Pereda, un grupazo brutal.

Vuestras letras son dignas de detenerse en ellas. Inocentes a la par que certeras. A medio camino entre lo rural y lo urbano. Sentimientos, la naturaleza, la gente… ¿Qué importancia le otorgáis a las letras y como os inspiráis para escribirlas?

Quique: Para mí, en un tema cantado, la letra es fundamental. La música debe servir para vestir, adornar, esa letra. Pero si la letra no está a la altura, poco podrá hacer la música por sí sola. Es un concepto casi diametralmente opuesto a un tema instrumental. Así pues, hay que poner el máximo esmero en sacar una letra que valga. La inspiración puede venir de muchas partes, en nuestro repertorio hay ejemplos sobrados de ello, desde un paisaje idílico a la muerte de un ser amado, pasando por las experiencias cotidianas más prosaicas o el amor al oficio. La consecuencia de buscar la excelencia en la letra es que al final acaban muchos versos en la papelera. Es importante la inspiración, sin duda, pero te tiene que pillar trabajando, como dijo Picasso.

Roberto: En una canción no puede haber nada casual ni nada de relleno. Nosotros escribimos canciones desde una necesidad de comunicar algo, ya sea en un tema vocal o uno instrumental, así que todas las partes son fundamentales. En una pieza de 3 minutos es muy difícil condensar una historia o un sentimiento, y cada sílaba está concienzudamente colocada, por lírica, acentuación de la melodía y mensaje.

Siempre se habla de vosotros como la fusión del folklore tradicional de la Alcarria con la herencia musical norteamericana. Algo que puede parecer la unión de dos mundos absolutamente diferentes pero que, en el fondo, quizás no lo sea tanto. Al fin y al cabo hay puntos en común entre ambas tradiciones, ¿No es así? ¿Surgió de forma natural esa fusión?

Quique: Para mí no es fusión, es simplemente nuestra forma de entender la música y nuestra forma de abrir nuestra mente. Cuando empezamos a tocar en público practicábamos un estilo muy concreto, el bluegrass, sin salirnos de sus cánones. Sin embargo, en casa tocábamos igual la seguidilla que el breakdown. El punto de inflexión fue cuando decidimos quitarnos el corsé en público y tocar realmente lo que nos salía, sin forzarnos a estar dentro de las pautas estilísticas de una música en concreto. Así que para nosotros es solamente honestidad y libertad artística. Por supuesto, como músicas populares, tienen muchos puntos en común. Es música del pueblo para el pueblo.

Roberto: Amen.

Errantes Telúricos no viene solo. Le acompaña Proyecto Toribio, un disco mucho más enraizado a la tierra donde revisáis la obra del violinista Toribio del Olmo y revindicáis la figura del violín como instrumento clave de la música popular. Si no me equivoco esta idea ya viene de lejos… ¿Contentos de poder verla ya finalizada?

Quique: Roberto tenía esta idea en mente desde hacía unos cuantos años y por unas razones u otras se había ido quedando postergada. Después del disco Quique Dibuja la Tristeza nos pareció por fin el momento idóneo para llevarlo a cabo, por la ruptura que supuso aquel en nuestra línea artística y la que suponía este Proyecto Toribio también, de algún modo.

Roberto: Muy contentos de ver Proyecto Toribio completado y en la calle. Para nosotros es un disco muy importante en muchos aspectos. Hubo un tiempo en que el violín era el rey del baile en la provincia de Guadalajara. En otros sitios la dulzaina o la gaita era el instrumento más popular. En Guadalajara a principios del siglo XX y durante buena parte de este, el violín era el rey de la ronda. Tenemos conocimiento de muchos pueblos donde se ha recogido repertorio de violín. Incluso en la Escuela de Folclore de Guadalajara hay un aula específica de violín. Hace ya unos años nos llamó la atención un tema que se hizo muy popular en el circuito de folk, Foxtrot de Algora. Seguí la pista a ese tema, y con la ayuda del tristemente desaparecido Carlos Orea, llegamos a unas grabaciones de campo que realizó Xulio García a mediados de los 90 y que aún conservaba Javier Barrio que fue quien nos las pasó. Más de 4 horas de grabación donde Toribio del Olmo toca todo tipo de piezas de las que solía tocar en las rondas y el baile. Seleccionamos 10 para nuestro álbum. La idea original que teníamos en la cabeza era grabarlas a dúo, pero en los últimos años hemos visto que el violín folk en Castilla ha vuelto a ganar protagonismo y hay muchos músicos jóvenes que se dedican precisamente a esto: violín y tradición. Así que pensamos que lo justo era dejar constancia de este nuevo movimiento y grabar el disco con colaboraciones de violinistas. De esta manera, para nosotros es conectar el pasado y el futuro del violín. Y ha sido un lujo poder contar con algunos de los violines más potentes del circuito: Begoña Riobó, Giego Galaz (Feten Feten), Jaime del Blanco (con quien ya grabamos Quique Dibuja la Tristeza),  Paula Gómez (Triguiñuelas), Maria San Miguel (Atlantic Folk Trio), Águeda Sastre (Alicornio), Blanca Altable (Blanca y Chuchi), y Javier Román «El niñu» (Vallarna). Seguramente Proyecto Toribio pase desapercibido junto a Errantes Telúricos, pero es un álbum que significa muchas cosas importantes. Es un disco muy poco comercial, pero nos da lo mismo. No estamos en la música para vender. Un gustazo sacar adelante un disco así.

La colaboración con El Segell del Primavera comenzó con la edición de Arte y Orgullo y se mantiene hasta hoy. Sois muy diferentes al resto de artistas del sello… ¿Qué tal trabajar con un sello como este?

Quique: Desde el punto de vista artístico tenemos total libertad, de lo que estamos muy satisfechos y agradecidos, así que no echamos cuentas de las diferencias que podamos tener con el resto de compañeros de sello. Para nosotros eso es lo más importante. Además, como reza el antiguo axioma, en la variedad es donde está el gusto.

Roberto: Hay un gran equipo humano en Primavera Labels. Trabajan con mucha pasión por la música y les estamos muy agradecidos por querer trabajar con un proyecto tan arriesgado como el nuestro.

Tener dos discos flamantes en la calle y no poder presentarlos en directo con normalidad debe ser, como mínimo, desconcertante…

Quique: Efectivamente es bastante frustrante, sin duda. Pero cuando lo pienso me acuerdo de aquellos a los que les ha afectado en su único trabajo. A los que se dedican en exclusiva a la música o a la cultura, técnicos de sonido, montadores, o a quienes trabajan en el sector turístico o en la hostelería, o en servicios en general y llevan casi un año en ERTE o directamente en el paro, para todos ellos sí que es un problema, desde aquí vaya nuestra solidaridad y apoyo. Si saldrá algo bueno no lo sé, yo soy pesimista por naturaleza y no confío en que aprendamos gran cosa con esto. Pero casi siempre me equivoco en mis vaticinios.

Roberto: Remontaremos. Lo que hemos notado en los pocos conciertos que hemos tenido en los últimos meses es que la gente tiene muchas ganas de música en directo, aunque sea sentados a dos metros y con mascarilla. Remontaremos.

Para finalizar… En el primer disco, Cordaineros de la Alcarria (2010), estaba «Hagamos algo de Ruido». Una canción en que cantabais, «Gustaremos hasta a los modernos de Madrid…» ¿Cómo veis esa frase una década después? ¿Satisfechos de vuestra carrera?

Quique: Cuando escribimos aquello no pensamos en la repercusión que tendría. Sí, estamos muy contentos, satisfechos no, (Risas), porque esto no ha hecho más que empezar y tenemos muchas metas todavía por alcanzar. Si que llevamos ya una década, pero nosotros vamos despacito, paso a paso y sin correr.

Roberto: Esa frase la escribí como un vacile, sin ninguna otra pretensión. Al final hemos acabado gustando a algunos. Como canta Hank Williams III «Es una manera determinada de vivir, es un determinado estilo, no gustamos a todo el mundo, pero volvemos locos a unos cuantos».

Manel Celeiro

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