Oí campanas –hace un par de años– sobre un tal Danny Kiranos el cual, bajo el nombre artístico de Amigo The Devil, acababa de grabar un álbum titulado Everything is Fine. De natural atolondrado, lo relegué a la carpeta de futuribles y –para mi vergüenza– acabé olvidándome de él. Error que no he cometido en esta ocasión, por suerte.
Desde que suena «Small Stone», operística obertura, pasando por «Quiet as a Rat» (tuba y percusiones saludando al Tom Waits de Rain Dogs) y «Murder at the Bingo Hall», uno no da crédito. ¿El mejor inicio de un álbum en mucho tiempo? Sin duda, pero lo que está por llegar no baja el listón. De padre griego y madre española, la herencia de la segunda (más su declarado amor por Chavela Vargas) conduce la guitarra de «Drop For Every Hour», fantasía de venganza contra un asesino en serie que se cierra, a modo de intermedio, con «Better Ways to Fry a Fish», desvelada referencia al Albert caníbal que todos conocemos.
Un primer ejercicio de storytelling abrumador, para dar paso a una segunda parte con dos emotivas, escalofriantes baladas confesionales («Different Anymore» y «Another Man’s Grave») que se revelan ejemplares en melodía y arreglos, antes de entrar en una recta final igualmente soberbia en la que el bluegrass se da la mano con Leonard Cohen. Todo hasta llegar a esa serena reflexión de un condenado a muerte en «Letter From Death Row», punto final de una obra destinada a inscribirse con mayúsculas en lo mejor de esta década recién inaugurada. No lo dejen pasar, por favor. Escúchenlo, disfrútenlo y pasen la palabra.
Eloy Pérez