El nuevo trabajo de Rick Shea es otro de esos discos fruto del confinamiento. El californiano grabó las bases de las canciones y sus partes de guitarra en su casa, y fue enviando las pistas a los músicos participantes para que estos añadieran sus instrumentos. Shawn Nourse, batería de Dwight Yoakam se encargó de toda la percusión, y Skip Edwards, también teclista de Yoakam hizo lo propio con el Hammond B3. También participaron en la grabación los bajistas Dave Hall y Steve Nelson el saxofonista Jeff Turnes, el trompetista Probyn Gregory y los acordeonistas Skip Edwards y David Jackson. Y la variedad instrumental es, evidentemente, una de las grandes características de este álbum. Shea se mueve entre el country y el rockabilly, con algo de fronterizo (ahí está la magnífica «Juanita (Why Are You So Mean?») y también picotazos al blues. Su voz es perfecta para el género e incluso su yodel es más que destacable, algo que se une a una buena capacidad compositiva. Pero es esa faceta de intérprete donde quizá más destaca. Y es que estamos hablando de alguien que ha acompañado a Chris Gaffney, Wanda Jackson o Dave Alvin. Lástima que pensar en verlo por aquí presentando este Love & Desperation sea más que una utopía.
Eduardo Izquierdo