El joven y prometedor trío barcelonés vuelve con otra dosis de punk-pop-surf de baja fidelidad, apuntando, nuevamente, buenas maneras. En sus apenas dos años de vida ya nos habían obsequiado un par de EPs frescos, esculpidos con un sonido mate, mediante el cual envuelven unas melodías agridulces, muy pegadizas. Las letras, juveniles, críticas, pero también desenfadadas y ensoñadoras, basculan entre el lamento y la esperanza, radiografiando con naturalidad lo mundano, desde los ojos de una esperanzadora juventud, que se revuelve ante lo fútil del mundo moderno. Para devotos de, por ejemplo, Futuro Terror, Airbag o Cala Vento, pero perfectamente del gusto de fans de bandas indie como los madrileños Cómo Vivir En El Campo, el futuro pinta bien para Diamante Negro. Ni siquiera la pandemia, que truncó algunos planes interesantes que tenían para este moribundo 2020, podrá con ellos.
Texto: Daniel González