Encuentros

El Lobo en tu Puerta, aullidos de metal en Santana Bendita

Tras el centrifugado hardcore-blusero que nos dieron a base de bourbon y vino de chiclana (con Robert Johnson, MC5 y los Beastie Boys como suavizantes concentrados) en Bestias del sur salvaje (2017), pasando por el EP de lascivia stoogeniana y theremin al mando en Guantánamo (2019), vuelven a la carga con ocho nuevos aullidos en Santana Bendita, ampliando el espectro sonoro, aparcando el Chicago eléctrico y la Louisiana pantanosa para morder, sin perder un ápice de esencia y con brutalidad y crudeza sónica extra, a base de stoner, thrash y metal noventero en vena.

¿Cómo definiríais el sonido del nuevo álbum?

(Julio) – Te puedo contar nuestras intenciones y ya juzgas tú mismo dónde nos hemos quedado, pero por lo que cuentas que te ha transmitido Santana Bendita, creo que lo hemos conseguido. Cuando nos sentamos después de Guantánamo para hablar de que sería lo próximo, pusimos sobre la mesa la opción de endurecer el sonido, jugar a acercarnos lo más posible, dentro de nuestras posibilidades, al Metal. Nosotros tres manejamos muchas referencias donde nos movemos con comodidad a la hora de hacer canciones para El Lobo, y una de esas influencias sin duda es el Metal y los sonidos de los 90. Grupos como Pantera, Metallica, Faith No More, Rage Against The Machine, etc… Esa época realmente nos marcó de lleno, ya solo por la cuestión generacional y siempre estuvo presente junto a muchas otras influencias en nuestra música, pero ahora nos apetecía darle mucho protagonismo, ponerlo en primer plano, sin tampoco perder la perspectiva de nosotros mismos como grupo. A partir de esa intención, empezamos a barajar ideas , riffs, proyectos de canciones desde esas premisas, y cuando surgió el principio de «Madre», todo empezó a caminar con sentido… Teníamos ese punto “espacial” y “cósmico”, esa atmósfera gris que te puede llevar a influencias cinematográficas que nosotros siempre hemos manejado también a la hora de construir nuestra música, y tenías ese riff pesado metalero martilleante en el que se convertía la introducción… Encontramos el camino de Santana Bendita y ya solo quedaba seguirlo. Definir el sonido en un titular podría ser: Más duro, más crudo, más heavy, back to the 90´s.

¿A qué se debe el título Santana Bendita?

(Julio) – Pues a conversaciones de local o furgoneta, como mucho del imaginario que creamos para El Lobo. Santana Bendita es una expresión popular de Chiclana, una expresión como de sorpresa o estupor. Santa Ana es una virgen muy popular en Chiclana que se encuentra en una ermita, en lo alto de una especie de colina a la que alrededor crece un barrio que lleva el mismo nombre y toda la ciudad de Chiclana. Desde cualquier punto de la ciudad y alrededores se puede ver la ermita de Santa Ana, es como el ojo de Saurom, algo omnipresente. Hablando un día surgió esa expresión y me pareció muy interesante, estéticamente al menos, y nos lo quedamos como mantra-título de los que estábamos construyendo. Con el tiempo empezamos a manejar el concepto de que Santana Bendita era un barrio imaginario y conceptual, y fueron surgiendo los personajes de los que hablan las canciones. Se puede decir que Santana Bendita es nuestra Carcosa.

¿Qué diríais que lo diferencia más de vuestras anteriores entregas?

(Julio) – Pues un poco lo que te comenté antes, esa premisa inicial a la hora de componer el disco, nuestra predisposición a darle protagonismo a las influencias más metaleras… También queríamos buscar un estilo y un sonido que bebiera de los 90, por eso decidimos grabar Santana Bendita con Javier Rondán en Audiorama Estudio (Puerto Real). Hablamos con Javi y le explicamos nuestras expectativas con el disco y él, desde el primer momento, lo entendió todo perfectamente. El mantra con Javi era “Andy Wallace”.

En este disco, se pueden notar ausencias en el estilo que hemos construido poco a poco fundiendo géneros anteriormente. Tenemos menos blues, menos rock and roll, menos o nada de armónica… Todas esas ausencias eran un impuesto revolucionario que estábamos dispuestos a pagar en estos momentos para conseguir que Santana Bendita tuviera el tono que queríamos.

La tormenta y duelo eléctrico cósmico en «Madre» y ya nos tenéis en el ojo del huracán sin posibilidad ninguna de volver a tocar el suelo hasta el final. Háblanos de este trayecto al dolor de la pérdida como motor y despegue del disco, por favor.

(Julio) -Yo perdí a mi madre hace unos años y tenía dentro la posibilidad de hacer una letra hablando un poco de todo lo que pasa alrededor de una circunstancia como esa. Es algo que también me incomoda un poco, hacer la canción vale, pero hacer bandera de lo personal que está en la letra y tal, tampoco me apetece demasiado. Este es un disco que está escrito, no sé si se entiende ese concepto, lo he escrito como un todo, como escenas de una película. He usado muchas cosas que estaban flotando a mi alrededor, cosas personales y ajenas, para intentar formar un todo que a su vez funcione ajeno a esas inspiraciones. Dolor y pérdida, como bien dices, es el inicio del camino de este disco.

Las voces de acompañamiento parecen también ganar enteros en esta nueva andadura ¿no? Como en la balacera continua de ese «Niño salvaje» que se cría fuera de la ley en la selva urbana…

(Julio) -Realmente, en esa canción la voz de acompañamiento soy yo, Búho toma el micro principal haciendo gala de la personalidad que tiene en cualquier rol. En concreto, en esa canción manejaba una estructura que no me permitía cantar la voz principal y al mismo tiempo los coros que tenía en mente para las estrofas, así que lo hablé con Búho y le pasé la letra para que él la cantara desde la batería. Y en mi opinión, funciona perfectamente.

El tridente sigue más afilado que nunca (Julio, voces y cacharros / Búho voces, guitarra y batería, / y Tanín, voces, batería y guitarra), pero, además, habéis contado con un extra de power espectral y psicodélico, sumando al viaje a Koe Casas (Atavismo, The Agapornis) en los teclados y Jesús Trivinho en los platos, ayudando a ampliar la paleta sónica. ¿Qué han aportado a Santana Bendita y en qué piezas del álbum relucen más sus encantos?

(Julio) – Cuando estábamos estructurando «Hong-Kong II» y nos surgió ese puente, nos vino a la cabeza que era un espacio donde pegaba alguna pincelada de scratch. Lo hablamos entre nosotros y después de aprobar la idea, se lo comentamos a Jesús y él nos ayudó encantado en el estudio. Creo que el resultado es muy satisfactorio. Es un recurso que no nos es ajeno por nuestras influencias, al menos por las mías. Nos podemos mover bien en el Hip-Hop, yo escucho y provengo de ese estilo, aunque tampoco queremos darle mucho protagonismo, solamente que nos aporte otro nivel en algunas canciones, ampliar la paleta de colores, con eso estamos contentos y cómodos.

El caso de Koe es diferente. Desde el principio pensábamos que la formación guitarra-batería, no nos permitiría darle el acabado a Santana Bendita que teníamos en mente, pensábamos que necesitábamos todo lo que a posteriori nos aportó Koe, lo que tú muy bien defines como ese toque “cósmico”, esos ambientes y colchones. Nosotros conocemos y admiramos el trabajo de Koe desde su etapa con Common Places, su polivalencia tocando diferentes estilos en diferentes bandas como Agapornis o Atavismo, Koe fue muy generoso con nosotros en la realización de Santana Bendita. Entendió perfectamente qué era lo que nosotros queríamos que aportara en todas las canciones del álbum y ejecutó ese trabajo de una forma magistral y muy generosa con la visión que teníamos nosotros del disco. Sin duda alguna, le debemos mucho a Koe por el resultado final de Santana Bendita y no tenemos suficientes palabras de agradecimiento para expresarlo.

¿Por qué elegisteis «Pensylvania» como carta de presentación del disco? Háblanos de las atmósferas de ensoñaciones mal sanas que, surco a surco, nos hacen recorrer carreteras perdidas a través de esa niebla carpentiana tan made in El lobo en tu puerta…

(Julio) – «Pennsylvania» fue elegida como canción de presentación de Santana Bendita porque pensábamos que resumía y transmitía bastante bien el cambio estilístico de El Lobo en este disco. Musicalmente te llevaba al Stoner o al Sludge que manejábamos como influencia para el álbum, te llevaba a The Melvins, a Eyehategod, que son sitios en los que nos gusta estar. Estilísticamente encajaba también con la imagen de la portada del disco (obra de Pitu García, al igual que los videos del grupo) y con la oscuridad que lo envuelve, con las influencias cinematográficas que nos gusta añadir a El Lobo. Siempre nos ha inspirado John Carpenter, del que somos fans, y era una canción que nos llevaba por caminos que ya intentamos recorrer con «Las Serpientes» y otras canciones anteriores.

Sobre lo que intenta transmitir la letra de la canción, podría hablarte de altas horas de la madrugada, de almas perdidas en lugares perdidos, de alcohol y vidas derrotadas, pero creo que todo eso ya está grabado a fuego sobre el riff de Tanín.

A razón de lo anterior, ¿cómo es el modus operandi a la hora de escribir las historias que palpitan en cada pista?

(Julio) – El punto de partida después de escribir «Madre» era usar cosas de mi entorno, dejar aparcadas influencias externas o ajenas a mí. Poner el punto de mira en mí mismo y mis alrededores y, con esos mimbres, construir personajes e historias que encajaran en la música que Búho y Tanín estaban entregando. Pronto empezó a tomar forma la idea de que cada canción fuera una pieza de un puzle que tenía como referencia un barrio imaginario donde todo transcurría. Santana Bendita tomó forma. Después llegó el momento de ordenar las canciones dentro del álbum, en ese punto me apoyé en una cita de David Lynch, donde explica como crea una película: Lynch dice que escribe escenas que le parecen interesantes y cuando tiene el número adecuado para formar una película, entonces las ordena; pero durante el periodo en el que da forma a las escenas, no es necesario que estén bajo el concepto de una línea común. Me pareció la mejor forma de culminar todo el rollo conceptual de Santana Bendita y me apoyé en esa teoría para ordenar y darle otra vuelta de tuerca al álbum. El camino empieza desde la pérdida en «Madre», luego pone en primer plano la infancia salvaje de un niño en «Niño Salvaje», para continuar creciendo frenéticamente y sin control en «Müllenbach F.S.» y, cuando de repente algo le sucede a ese chaval y todo vuelve a cambiar una vez más en «El Hombre De Cera»; continuamos en la cara B del vinilo con un desfile de diferentes relaciones que pasan por su vida a modo de un Desolation Row dividido en tres canciones, «La Llamaban Nadie», «Tan Fuerte» y «Hong-Kong II», para terminar apagando todas las cicatrices en un bar llamado «Pennsylvania». Ese es el cómo y el por qué del orden del álbum.

Como vocalista, ¿qué referentes te han alumbrado a la hora de interpretar estas nuevas canciones?

(Julio) – No he mirado nunca hacia fuera y siempre he mirado hacia dentro, tanto a la hora de buscar inspiración, como a la hora de elegir como meter el texto y la voz en las canciones. Tengo una forma de moverme como vocalista de El Lobo que se enclava absolutamente a mi capacidad para escribir las letras. “No soy un cantante”, no tengo talento para cantar, lo que puedo aportar a este grupo es la visión sobre el camino que pueden llevar las canciones y conducirlas con las letras para que tengan el sentido y el color adecuado. Eso es lo que intento aportar. Quería manejar referencias vocales asequibles a mis características y en la línea del sonido que queríamos que tuviera Santana Bendita. Admiro mucho el estilo de James Hetfield, Glen Danzig o Lemmy Kilmister, e intento aplicar alguna cosilla por ese camino a algunas canciones… Tom Araya es otro vocalista que aprecio bastante. Si pudiera elegir ser un cantante en particular, sería Mike Patton, pero su talento y despliegue vocal están infinitamente alejado de lo que yo puedo aportar a El Lobo, aunque siempre lo tengo en mente. Yo soy de los que piensa que existe algo por encima de la técnica, no sé cómo llamarlo, pero por ejemplo siempre será superior, para mí, la etapa Ozzy en Black Sabbath, que la etapa Dio. Me gusta pensar que esa magia, independiente a la técnica, la puedo aportar yo a mi grupo.

Es cierto que el sonido crudo y directo de los Melvins se extiende como la pólvora por Santana Bendita, pero, como no podía ser de otro modo, sigue corriendo por vuestra sangre Black Sabbath, Motorhead o los Metallica mas trasheros en disparos a quemarropa como «Müllenbach F.S.» o «El hombre de cera»; además de los Beastie Boys más venenosos, con ese rapcore que aceleró las pulsaciones y se extendió en el nu metal noventero, muy presente en el big bang continuo de «Hong – Kong II», con esos scratching que sueltan chispas… Habladnos un poco de esas influencias y ecos en estos nuevos y explosivos temas.

(Julio) – Están realmente muy acertadas todas las referencias que comentas, todos esos nombres revolotean como murciélagos sobre Santana Bendita y me gusta que los veas tan claros. Creo que The Melvins aúna todo lo que queremos ser como banda después de pasar por Santana Bendita. Esa libertad por la que se mueve su carrera desde y por el underground, un grupo que está cómodo dentro de los sonidos más metal pero con una personalidad y un mundo propio que no se suma a ninguna tribu, sino que se mantienen fieles a su propia personalidad, me gustaría mucho seguir un camino parecido, en muchos sentidos, al camino de The Melvins.

Tener como principal referencia musical siempre a Black Sabbath, es algo que tenemos muy marcado y nos permite mucha libertad de movimientos al mismo tiempo, porque de ellos sale absolutamente todo por lo que nos movemos y ellos mismos vienen de forma muy directa del blues que tanto nos envenena. Siempre tendremos a Black Sabbath entre ceja y ceja, pero siempre intentando no caer en poses más de grupo tributo o algo parecido, pensamos en Sabbath, pero pensamos nosotros mismos, creo que es el punto de partida más interesante artísticamente para manejar cualquier influencia tan marcada. Después también estamos abiertos a bandas como Faith No More, Rage Against The Machine o Beastie Boys, que bastardean el rock con estilos más ajenos a las guitarras, más urbanos o como los quieras llamar… Bastardear todo nos mola mucho. Después, si hablamos más en concreto de qué queríamos en Santana Bendita, podemos hablar también de pinceladas muy marcadas del primer Trash Metal, por ejemplo Entombed… Muchas cosas por esa línea.

¿Y cómo hacéis para que el cóctel molotov os salga, una vez más, tan ecléctico y al mismo tiempo tan personal?

(Julio) – Teniendo muy claro que cualquier cosa que entra dentro de nuestra cabeza, sale de nuestra cabeza otra vez. Siempre tenemos que ser nosotros, no dejarnos poseer, si no hacer nuestras esas influencias que nos mueven. Tenemos una personalidad propia como grupo y los tres por separado muy marcada y eso, a pesar de hablar de influencias, grupos y tal, jamás lo perdemos, ya no como mérito, sino porque realmente nos cuesta mucho trabajo dejar de ser quienes somos.

¿Cuándo fue vuestro último bolo? Seguro que tenéis mono de escenario… Ya os han anunciado en el Monkey Week online, ¿Alguna fecha más a la vista? ¿Cómo veis este panorama incierto?

(Julio) -Yo particularmente no lo recuerdo, no soy mucho de mirar al pasado y tengo mala memoria. Ahora mismo, en las circunstancias actuales, estamos aún recibiendo algunas ofertas para actuaciones muy interesantes, pero por desgracia la mayoría acaban siendo aplazadas o suspendidas. Y tampoco me voy a parar a pensar en que se está convirtiendo el panorama actual de conciertos y tal… Todo cambia y tenemos que vivir con esos cambios, ya veremos cómo…

¿Qué le decís al público que cuenta los días para poder volver a sudar en vivo en uno de vuestros incendiarios directos?

(Julio) – Que puede ser que eso no vuelva a pasar, quien sabe. Por el momento que se enchufen al Monkey Week y se preparen para una descarga de Santana Bendita en sus hogares, hasta ese punto creo que sí podemos llegar actualmente. Por lo demás, vamos viviendo el momento. Y que se compren el disco, que entren en la web de Spinda Records y pidan su copia, que ayuden a mantener esto a flote lo mejor posible, y si no les gusta Santana Bendita, que compren otro, nadie va a venir a salvar el Rock, vamos a remar entre todos, carajo.

Texto: David Pérez

Fotos directo Monkey Week: David Pérez

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda

Síguenos en Twitter