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This is the end, adiós a Rocksound

Mambo Jambo (Foto: Sergi Fornols)

La salvaje especulación urbanística que Barcelona viene sufriendo en los últimos años, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Lo sabíamos desde hacía mucho tiempo, la calle Almogavers del barrio de Poble Nou, que es donde se situaba Rocksound, estaba desde hacía mucho tiempo inmersa en un ambicioso plan urbanístico, que incluía la casi total desaparición de la esquina de esa avenida con la calle Pamplona. El barrio donde antaño se asentaban numerosas industrias y buena parte del ocio nocturno barcelonés, se iba convirtiendo, poco a poco, en un asentamiento de oficinas y hoteles que daban cobijo a buena parte de ese turismo exacerbado al que Barcelona había vendido su alma. Como antes el Garatge Club, Rocksound era mucho más que una sala de conciertos. Aquel local era la casa del underground de la ciudad, un espacio donde las bandas, tanto nacionales como internacionales, que no lo tenían fácil para tener acceso a un escenario, podían expresarse, tocar y ser tratados con respeto, cariño y muy a menudo sincera devoción.

Para nosotros, el público, aquel era nuestro fuerte, nuestro parapeto desde donde observar como nuestra ciudad iba pudriéndose poco a poco, en pos de una Barcelona decadente, aburrida y tremendamente impersonal. Habíamos cambiado la cultura real por una falsa modernidad y por el camino íbamos perdiendo los pocos activos que realmente importan. Bares, teatros, casales de barrio, asociaciones culturales, salas, cines… Todo desaparecía y su lugar era tomado por enormes franquicias desnaturalizadas y carentes de todo atractivo. La última semana fue frenética. Las restricciones de aforo provocadas por el Covid y el hecho de que todo el mundo quería estar, hizo que la sala estuviera en el centro de todas las miradas, incluso en la de aquellos para los que Rocksound nunca fue nada demasiado especial. Este último apunte, es la prueba de que al final el respeto y admiración por el trabajo realizado, traspasó las fronteras del que era su público habitual.

Hendrik & Los Míticos Gt’s (Foto: Edu Izquierdo)

El que subscribe ha pasado entre las que fueron sus paredes, algunos de los mejores momentos de los últimos doce años, por lo que la ilusión por asistir a sus últimos pases era obvia. No pudimos estar en el recital de Santa Cruz, pero si lo hicimos en los conciertos matinales de Hendrik Rover y Los Míticos Gt´s y Mambo Jambo. Por evidentes motivos sentimentales y afinidad musical, no se me ocurre ningún otro artista más adecuado para despedir la sala que Hendrik Rover. Habitual en fiestas de aniversario, creo que suyo ha sido uno de los sold out más salvajes que hemos podido vivir en Rocksound en una de sus múltiples visitas con Los Del Tonos. Esta vez vino con los Míticos y como era de esperar la emoción invadió el ambiente. Estuvieron impecables, con un Hendrik desatado presentando las estupendas composiciones que componen su magnífico último álbum, ¡Vamos A Morir! Quizás el repertorio escogido por las circunstancias era lo de menos, pero fue de agradecer que al lado de temas como «Volverá», «Luego» o «Homer», incluyeran un precioso «Brindemos» que dedicaron a Javier Ezquerro.

Todo el mundo en el Universo Rocksound sabe quién fue. Mambo Jambo también estuvieron pletóricos, en horario diurno su infernal swing suena igual de caliente y pendenciero que a medianoche, y suyos fueron los últimos tres pases que se dieron en nuestro querido garito, dos por la mañana y uno a media tarde. Me dicen que fue el propio Dani Nel-lo el que insistió para que Mambo Jambo pusieran su granito de arena para que la despedida fuese por todo lo alto. Y lo fue, ya lo creo que lo fue. Muchos temas nuevos y alguno de sus poderosos incunables («Carrera De Ratas» sonó aplastante) retumbaron con elegancia y se acabó. Cuando finalizó el último pase, la cola de la gente que quería despedirse tomando una última copa llegaba a la calle Pamplona y nosotros, después de encontrarnos con muchos amigos, preferimos dejarlo ahí.

Mientras estábamos allí se abría y se cerraba la puerta y dejaban salir algunas notas de lo que sonaba en el interior… Hellacopters, The Cult, Stones, en definitiva, rock´n´roll, como siempre ha sido. No podemos en duda que su responsable no tardará en darnos buenas nuevas, Antonio Celeiro siempre ha sido un tipo pasional, perseverante y muy cabezón, y si se le ha metido en la cabeza abrir un nuevo Rocksound, será complicado poder pararlo. De momento, muchos de nosotros hemos quedado algo huérfanos. Hasta que volvamos a vernos ¡Larga Vida Al Rocksound!

Texto: Andrés Martínez

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