Debilidad personal. Todos las tenemos, no fastidiemos. Y Courtney Marie Andrews es una de las mías. Yo es que la veo incapaz de hacer disco malo. Y a las pruebas que ofrece su discográfica me remito. Lo mejor de todo es que su música no es la que más suelo consumir. Intento huir bastante del disco lánguido, de la lentitud extrema, de la calma permanente. Pero ella es capaz que, por un momento, abandone esas manías y me sumerja en sus canciones como si el mundo se parara con su voz. Old Flowers (Loose-Fat Possum), su nuevo disco, vuelve a hacerlo. Y este es mi repaso canción a canción.
«Burlap String». Las canciones de Courtney Marie Andrews tienen para mi algo sobrenatural, como la literatura de John Connolly. No es tan oscura, por supuesto, pero siempre consigue paisajes oníricos, como el que la pedal steel define en este vals en la que asegura que el amor la ha vuelto escéptica. Aviso. Si ya no han caído rendidos a lo que oyen, no sigan.
«Guilty». De título directo recoge eso que nos ha pasado a todos cuando nos enamoramos. Ese dolor de estómago, esas pocas ganas de comer, ese no dormir. Y el piano sobrevuela la voz de Courtney, y uno se derrite, hasta que se da cuenta de que en el fondo de todo hay una traición. Porque el amor duele.
«If I Told». Otro tema de amor. A estas alturas ya se habrán dado cuenta de qué va el disco. La guitarra nos mete en la canción, con apenas un rasgueo, casi como si se estuviera tocando sin querer. Y una promesa, “se que no puedo cambiar / pero por ti me comprometería a hacerlo”. Toma ya.
«Together Or Alone». Baladón a piano, y una nueva vuelta de tuerca a lo que es empezar una relación ¿Está enamorada Courtney? Lo parece, y mucho. Aquí estamos dispuestos hasta creernos esas pequeñas mentiras que no hacen daño a nadie y que solo buscan impresionarte. Se que lo que me dices no es totalmente cierto, pero si me lo dices tu me lo creo. Cuando pasen los años ya lo veremos de otra manera y no reiremos de lo tontos que fuimos. Toca el piano la misma Courtney y eso dota al tema de más intensidad interpretativa.
«Carnival Dream». Más piano de la mano de la propia artista, pero esta vez menos arropado. Aquí vamos a ponernos serias. Que no todo es de color de rosa. Ya me has hecho demasiado daño, así que paso de ti. Lo siento baby. Con redoble en plan Semana Santa incluido.
«Old Flowers». Todo lo cerca que se puede estar en este disco de un medio tiempo es esta canción de ritmo sincopado. Ahora ya sé que no me hace falta gente a mi alrededor y que puedo tirar adelante sola, sin ningún amante a mi lado. Excelente trabajo vocal y probablemente el mejor tema del disco.
«Break The Spell». La propia Courtney admite que la canción está inspirada en el «You Kepp Me Hanging On» de la Motown. El piano ha dejado paso a las percusiones y, de nuevo, una guitarra discretísima.
«t Must Be Someone Else’s Fault». El tema más animado del lote tiene cierto aroma al «The Deed and The Dollar» de Shooter Jennings en la melodía de su estrofa. Clásico country donde la excelente voz de Andrews brilla por encima del resto de instrumentos.
«How You Get Hurt». Otro baladón a piano, sin duda el instrumento esencial del disco. Ya hemos transitado por su letra. Puedes hacerte daño si no estás atento y juegas con el amor. Parece repetitivo, pero no nos cansa.
«Ships In The Night». Acabamos en plan góspel. Seguramente estaba cantado. Courtney se sienta en el Wurlitzer y, una vez más lo borda. Abstenerse corazones de metal duro.
Eduardo Izquierdo
