Encuentros

El señor que te molesta, una magnífica idea desastrosa


Por suerte, tanto en la vida como en la música, siempre han existido aquellos que, frente a una suerte de “omertá” impuesta entre el ciudadano medio en aras de una mal entendida convivencia cordial, no se arredran a la hora de sacar a la luz todas esas verdades que se hace por invisibilizar. El señor que te molesta, fieles al papel que les encomienda su propio nombre, se convierten en una suerte de «Pepito Grillo» cargado de un vitriólico e irónico verbo que se agrupa en un primer disco largo de taxativo título, “Buena idea idiota” (Delia Records).

Aunque primerizos bajo esta nomenclatura, la formación se nutre de componentes que han pasado por bandas como Individuos, Madame Claude, The Treers, Buda se duerme o Huevos Frescos. Ahora, arraigados en el rock callejero, que salta de Los Enemigos a Commando 9mm, el punk más ácido de Siniestro Total o el grasiento instinto garagero de Doctor Explosion o The Sonics, se sitúan en un territorio sembrado de energía y crudeza.

Hablamos con Álex Santos, voz y guitarra, sobre unas composiciones que se comportan como un vendaval de mirada desafiante pero lúcida. Y es que alguien tenía que aguar esta falsa fiesta en la que nos inducen a participar…

Un nombre de grupo pegadizo, un título de disco impactante… ¿Es esa primera llamada de atención para despertar el interés del oyente algo a lo que dais especial importancia y cuidado?

En realidad esas expresiones están ahí, en cualquier sitio, en los libros, en las conversaciones, las redes sociales.. solo hay que ser capaz de poder verlas y capturarlas, y eso es algo que siempre me ha parecido fascinante; encontrarlas, repetirlas una y otra vez mentalmente, buscarles un tiempo, un ritmo, un contexto… Así que voy por ahí apuntando un montón de cosas en un cuaderno, o en el móvil, o en la palma de la mano, y parezco un anormal, pero bueno… uno es lo que es.

Luego está el tema de sacarle punta a esas ideas, que es otro pasatiempo muy agradecido, darle la vuelta al concepto. Por ejemplo, el otro día, un tipo me decía que al título del disco le faltaba una coma, que debía ser “Buena idea, idiota”, y yo le dije que no, que no lo había entendido, que lo que pretendíamos decir al titular así el álbum era que se trataba de una “magnífica idea desastrosa”.

Por no hablar de la portada, un «Harry el sucio» vestido de indie hortera con un plátano «velvetiano» en la mano. Pareciera un intento por desmitificar o bromear con parte de la iconografía popular…

Aunque no recuerdo muy bien en cuál de ellas, tenemos casi la certeza de que en una de las películas de Harry el Sucio, el inspector Callahan le suelta a un maleante algo como: “Espero que lo que vayas a sacar de ese bolsillo sea un bocadillo, porque te lo vas a papear entero”. Así que cuando estábamos en busca de artes para la portada esto se nos pasó por la cabeza. Luego esta lo del plátano, que como merienda es más sana que el bocadillo y te lleva a otras cosas, Warhol, los 15 minutos de fama… Ah, y claro, era muy importante que el tipo llevase corbata y tuviera la mirada tapada.

Personalmente el disco me transmite esa intención por demostrar que «el rey está desnudo», es decir, señalar las “miserias” que se disimulan entre risas complacientes…

Si, pero para hacer esto, tenemos que asumir que dentro de ese gesto estamos también incluidos nosotros mismos. Cuando nos ponemos a hablar sobre la estupidez, nos situamos como ejemplo en la primera fila. Estamos en un mundo estúpido, construido sobre una base de ideas idiotas, pero pertenecemos a él, nos incluimos.

Os leí en Facebook un comentario en el que veníais a decir que se puede decir cualquier cosa siempre que se achaque al particular sentido del humor de uno, ¿la ironía, a veces, es el único método para poder decir ciertas cosas?

Entiendo que te refieres a la frase «di siempre lo que piensas, siempre puedes justificarte después diciendo que tienes un extraño sentido del humor», ¿no? Aunque en verdad, por lo que hemos podido ver en los últimos tiempos, si eres oficialmente «humorista» tampoco tienes permiso para eso.

Éste es vuestro primer disco largo, en el que de ocho canciones tres ya conocíamos, ¿por qué recuperar temas ya grabados y no hacer un álbum completamente nuevo?

El primer EP, “Declaración simplificada”, que no llegamos a editar en formato físico, se grabó con un tono de afinación diferente, algo que luego, a la hora de plantearnos el sonido directo, resultaba un poco más complicado para mí, que tenía que afinar la guitarra constantemente debido a que no podía mantener el control sobre la potencia de rasgueo durante la interpretación de los temas. De modo que a la hora de ponernos con en el nuevo disco hicimos algunos cambios, y al tocar las canciones en conjunto, vimos que temas como “Declaración Simplificada”, “Corbatita de bedel” o “14 con Broadway”, sonaban con unos matices distintos, así que decidimos volver a grabarlas para este álbum.

Un disco que por encima de todo sobresale por su condición directa y enérgica, ¿ha existido incluso una autoexigencia por intentar ir siempre un paso más allá en cuanto a mostraros de esa manera tan potente?

Aunque de veras hemos intentado hacer que el disco suene lo más potente posible, y creo que se ha hecho un magnífico trabajo al respecto, el contraste con el sonido directo sigue siendo aún muy grande. Para lamento de técnicos y compañeros de local somos una banda que apuesta por el volumen atronador, y creo que esto es una de nuestras señas de identidad. Como suele decir Yago, si no “molesta” estamos en el mal camino.

De hecho en un manifiesto que colgastéis en vuestra web hablabais, entre grandes dosis de humor, de la música como un camino para idiotizar pero también para acompañar al cambio social, ¿todavía sois optimistas en ese sentido?

Creo sinceramente que en este punto necesitamos creer en algo así. Toda revolución a lo largo de la historia ha ido acompañada de una banda sonora, aunque al final todo salga mal.

Aunque se trata de vuestro primer trabajo con este nombre, provenís de diversas bandas, ¿cuando ya se tiene un recorrido previo, es más fácil a la hora de poner en marcha un proyecto saber lo que se quiere y cómo hacerlo?

Desde luego, ayuda bastante, sobre todo a simplificar conceptos. Cosas como qué tipo de música debemos tocar, de qué queremos hablar, qué resulta realista poder conseguir y qué queremos hacer con esto, se ven con más claridad. Luego aparte también contamos con otra serie de acuerdos tácitos entre nosotros, que son también muy importantes, como disfrutar lo máximo de cada concierto, que Pera haga surf entre concierto y concierto siempre que sea posible , y que en todo momento esto de tocar y grabar discos sea algo divertido, ya que en caso de no serlo, no merecería la pena.

Abrís el disco con un estribillo en el que decís «No quiero ser la copia del modelo original», ¿es un canto a la búsqueda de la originalidad o precisamente a su sobrevaloración y a los posibles monstruos que puede generar?

La idea de la que partimos a la hora de plantear ese estribillo fue imaginarnos lo que pensaría un tornillo recién fabricado haciendo cola en una cinta de empaquetado. Y lo que pensaría el siguiente tornillo, que sería exactamente lo mismo que el anterior, y así hasta llegar al molde original, que tampoco estaría muy orgulloso de si mismo.

En «Modus Operandi» cantáis muy explícitamente: «A nadie le importan tus putas chorradas», ¿vivimos tiempos en los que todos nos creemos demasiado trascendentes y gurús de algo?

Bueno, yo soy de los que cree que absolutamente todos somos gurús de algo, aunque no hayamos descubierto aún de qué. Es solo cuestión de tiempo encontrar en la gente un talento. Imagínate, por ejemplo, el tipo ese que te acabas de cruzar por la calle, el de la gorra y el chándal, que anda de lado, como si tuviera un problema de equilibrio, pues ese tío quizás sea un acordeonista cojonudísimo, pero como nunca se ha acercado a un acordeón, y no parece que sea algo que vaya a pasar, el irá por ahí pensando que no tiene el mínimo arte, pero tenerlo, lo tiene. E imaginemos que un día el tipo descubre, por alguna coincidencia marciana, que es bueno tocando el acordeón. Bien, ahora él ya lo sabe, solo queda que eso le importe a la gente, que no suele ocurrir, y ahí entra la suerte, no el talento.

«Uno de los nuestros» expone el miedo a convertirnos en aquello que odiamos, ¿hay manera de evitarlo sin pagar un precio muy alto?

Hay un sistema que nos obliga a pasar por una serie de pasos para ser gente normal. Un día estas tirando piedras en una manifestación y al día siguiente estás pensando en qué tipo de pantalones debes ponerte para pedir una hipoteca.

Una canción ésta que suena a Los Enemigos cien por cien, no sé si esta cosas pasan sin darse cuenta o incluso se llegan a plantear casi como un ejercicio de estilo de cara a sonar como «equis» banda..

No es algo intencionado, no nos ponemos como objetivo sonar como tal o cual grupo, entiendo además que sería demasiada presión intentar hacer algo así. Lo que sí puede pasar es que a la hora de la composición nos veamos influenciados por lo que estábamos escuchando en ese momento. En este caso nosotros estábamos muy enganchados a Cabezafuego y revisitando algunos discos de Los Nikis y Foo Fighters. Aunque desde luego la comparación con una banda como Enemigos es halagadora.

Hablando de influencias, The Sonics, Doctor Explosion, Commando 9mm, Los Enemigos, Siniestro Total… parecen referentes que se intuyen en vuestro sonido, pero también diría que hay algo de ese espíritu crudo del rock radical vasco, un movimiento que por el espacio político que ocupó en su momento suele verse relegado en el listado de influencias de grupos. No sé si en vuestra música ha sido importante dicha escena…

Lo que pasa con el llamado «rock radical vasco» es que fuera de Euskadi no se ha sabido valorar lo suficiente. Nosotros hemos crecido escuchando a grupos como Kortatu y Cicatriz, y musicalmente en su tiempo eran muy superiores a cualquier otra banda. Tenían un sonido poderoso en el que dominaba la base rítmica y las letras contundentes, algo que te llevaba a otras cosas, y en mi caso particular fue Kortatu lo que me llevó a The Clash, no al revés.

De hecho lo primero que pensé al soltar el bajo después de tocarlo durante 15 años en Individuos fue: bien, ahora por fin haré un grupo en el que alguien sepa tocar ese maldito instrumento. Y planteamos El señor que te molesta como una banda en la que dominara el bajo y la guitarra solo aportara matices, algo que ya se veía en el grupo de los hermanos Muguruza. Así que ,sí, estamos orgullosos de estar influenciados por ellos, y no solo eso, sino que hasta hemos querido hacerle un guiño al primer disco de Kortatu tapándole los ojos al portador del plátano en la portada de «Buena Idea Idiota».

Los Dictators cantaban eso de «Haircut & Attitude», vosotros «Corbatita de bedel», aunque el rock and roll siempre ha estado ligado al aspecto físico y la moda, muchas veces tras los disfraces solo hay vacío y nada de talento…

En el mainstream todo es una cuestión de pose. “Corbatita de Bedel” parte de un texto de un libro de Felipe Benítez Reyes en el que el protagonista describe a un supuesto moderno, onanista compulsivo, que se vestía de alguien que no era solo para llamar la atención de las chicas.

Por otro lado, para nosotros es especial este tema porque es la primera canción que hicimos. Una canción que habla sobre esos artistas de supuesta aura independiente que escuchan sus canciones en el hilo musical del Mercadona mientras compran aguacates recién recolectados.

Este es un disco que habéis lanzado en pleno confinamiento y solo en formato vinilo, ¿se trata de un riego asumido o es la constatación de que hoy día la compra de discos es algo totalmente minoritario y en lo que por lo tanto poco importan las circunstancias adversas?

Bueno, en nuestra defensa decir que no sabíamos lo que iba a pasar; y con respecto al formato, pues ya puestos a fabricar un disco.. mejor hacerlo de verdad,¿no? Era algo que nos debíamos a nosotros mismos, por todas las etapas pasadas en las que no pudimos hacerlo. En cuanto a que se pueda vender o no, pues no es algo que realmente nos preocupe, de momento sigue siendo para nosotros una «Magnífica idea desastrosa».

 

Texto: Kepa Arbizu

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