Para muchos, especialmente para aquellos desconocedores en profundidad de la escena sevillana, la irrupción de Chencho Fernández con su álbum Dada Estuvo Aquí supuso uno de esos seísmos que cada cierto tiempo agita el escenario musical patrio.
La ya de por sí lógica expectación suscitada entorno al desenlace que tendría esa continuación, se ha multiplicado debido a los cuatro años transcurridos hasta poder descorchar esta reválida. Casi un lustro después, el andaluz aparece despojado de sus oscuros ropajes en detrimento de un vestuario más cálido, cambio estético que simboliza el traslado de su condición de bohemio crooner roquero hasta un paisaje más variado, poblado de instrumentación y con un gustoso manejo de los detalles, facilitando el acceso directo a su mundo creativo de la chanson, Lee Hazlewood o Scott Walker.
Sin dejar de lado las pulsiones más eléctricas, como el palpitar stoniano de «La Fosa de Las Marianas» o cierto descaro a lo Burning lanzado por «En Boga», su latido se vuelve más libre, melódico y embriagador, como ratifican el tango enturbiado por el blues «Salvador en la Plaza del Pan», el preciosista romanticismo de «Mi Pequeña Muerte en Ti» o su ya conocida majestuosidad para caminar sobre la épica decadente («Suicidio en Hollywood»). Nada indica que las bal(ad)as de plata aquí contenidas hayan acabado con la vida de este ser nocturno, simplemente le han convertido en uno todavía más poderoso y genial.
Texto: Kepa Arbizu
