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Glenn Mercer, viajes imaginarios desde el sótano / EnRutaEnCasa

 

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Puede que The Feelies se haya convertido definitivamente en un hobby a tiempo parcial para sus miembros, pero eso no significa que no se tomen en serio su carrera artística, ni que Glenn Mercer vaya a dejar de crear música nueva. No lo hizo en los años en que el grupo desapareció del mapa (ahí quedan los muy recomendables discos de Wake Ooloo y su fantástico debut en solitario), ni ahora que su actividad se restringe a un radio de acción y un ritmo de trabajo que todos puedan compaginar con sus ocupaciones diarias. Incapaz de estar parado, sus periódicas visitas al modesto estudio instalado en el sótano de su casa han sido la base de su nuevo disco, Incidental Hum (Bar None), un soprendente catálogo de temas instrumentales en los que la guitarra no es la única protagonista. Órganos vintage, pianos juguetones y percusiones maquinales arropan los diferentes ambientes evocados por los geográficos títulos de las composiciones, inquietantes a veces, soñadores otras. Sin ayuda externa alguna, despliega un inefable talento paisajístico capaz de pasar de las atmósferas fronterizas o surferas a los experimentos casi psicodélicos o de amenazante y frío gusto europeo. Remata el conjunto con tres conseguidas y curiosas versiones que dan idea de la amplitud de miras con que enfocó el proyecto: «Over The Rainbow», «Here Come The Warm Jets» (Brian Eno) y «Third Stone from the Sun» (Jimi Hendrix) ponen un brillante broche final a un disco que desde su aparente y engañosa modestia inicial va creciendo con las escuchas hasta proporcionar una adictiva e hipnótica experiencia sonora.

La atmósfera de Incidental Hum tiene un tono muy casero. Creo que lo grabaste en el estudio que tienes en el sótano, pero de lo que no estoy seguro es de si las canciones son recientes o las seleccionaste de lo que allí llevas grabando durante años.

Las grabaciones se realizaron durante un período de tiempo muy largo, una década más o menos, pero no cogieron forma hasta que hace unos años decidí recopilar todo lo que tenía grabado hasta ese momento y secuenciarlo.

Tocas todos los instrumentos, incluso los teclados. ¿No tuviste la tentación de contar con alguien más? De todas maneras, creo que el disco gana con ese enfoque digamos amateur.

Nunca pensé en llamar a nadie, porque siempre lo concebí como un experimento sin planes preconcebidos. Incluir a alguien más hubiera implicado establecer horarios, y eso iba totalmente en contra de la manera en que yo estaba trabajando. Quería que todo sucediera espontáneamente. Habitualmente, cuando grabo sigo una idea preconcebida, pero con Hum apretaba el botón sin tener ni idea de lo que iba a grabar. Resultaba muy emocionante y muy a menudo el resultado era sorprendente. De todas maneras, aunque no quiero presumir de técnica instrumental, utilizar la palabra “amateur” puede ser engañoso. Llevo tocando los teclados tanto tiempo como la guitarra, quizá no tan a menudo, pero empecé más o menos en la misma época.

La percusión electrónica juega un papel muy importante en el sonido general, y crea un ambiente muy particular. A lo largo de tu carrera, tanto con The Feelies como en tus discos en solitario, le has dado siempre mucha importancia a la percusión.

En realidad, no hay demasiada percusión electrónica. Muchas partes están grabadas con instrumentos reales diseñados y tocados con la intención de que sonaran como una caja de ritmos. Además, algunas de las partes que suenan como guitarras son teclados y viceversa. Más que como una batería tradicional, tiendo a utilizar la percusión como un elemento rítmico y dinámico más, porque así me proporciona una mayor gama de texturas sonoras. La batería clásica se lleva usando más de cincuenta años en el rock, así que es difícil que consiga el tipo de efecto que busco.

Menos las versiones, todas la canciones llevan como título un lugar de nombre evocador. ¿Son todos lugares reales? Si es así, ¿los has visitado, o simplemente aprovechas los nombres para plasmar un ambiente imaginario, un sueño tal vez?

Tras grabar unas cuantas canciones, me di cuenta de que cada una de ellas me recordaba un entorno en concreto, así que decidí componer desde el principio pensando en el lugar que quería reflejar (al revés de cómo había empezado). Eso me llevó a unir a las canciones en torno al concepto del viaje y sus localizaciones específicas. Una vez que tuve el concepto, intenté unir esas localizaciones con el ambiente que cada tema instrumental intentaba evocar. Todos los nombres son reales, aunque no los haya visitado en persona. La mejor manera de describirlo es comparándolo con la música de cine.

He leído alguna referencia a The Willies, el grupo instrumental que formasteis en los primeros años 80. ¿Podemos, los que no hemos oído lo que hacíais en esos años, imaginar el sonido de The Willies escuchando Incidental Hum?

Hay algún parecido, la música de The Willlies también tenía un enfoque muy conceptual, y evolucionó desde un proyecto de estudio hasta llegar al escenario. El enfoque experimental era muy similar, pero el resultado era algo diferente. Ese enfoque incluía el uso del estudio y el proceso de grabación como una herramienta compositiva.

¿Podría recuperarse algo de lo que grabaron The Willies?

La primera versión de The Willies éramos sólo Bill (Million) y yo, nació tras componer la banda sonora de Smithereens y no tenía ninguna pretensión de ir más allá del estudio de grabación. No sé si ese material saldrá alguna vez a la luz. La verdad es que tampoco hay demasiado.

A veces suenas como un guitarrista de surf, otras más psicodélico, también experimental, pero no aparece el clásico sonido de The Feelies. ¿Quizá inconscientemente estabas intentado enseñar de dónde vienes como guitarrista, o simplemente querías mostrar una cara diferente?

Como dije antes, la única idea preconcebida era experimentar más de lo habitual, porque no había intención de tocar este material en directo. En The Feelies la guitarra tiene otro papel, mis partes están pensadas para apoyar e interactuar con las melodías vocales. Pero, en realidad, no es tan diferente, porque siempre lo que creo que mejora la canción, nunca pienso en demostrar mi habilidad instrumental.

Las versiones son muy dispares. ¿Son canciones favoritas de toda la vida que te apetecía grabar, o había alguna intención de señalar algunas de las claves de tu estilo?

Las canciones de Eno y Hendrix ya las hacíamos en The Willies, y desde siempre me ha encantado la melodía de «Over the Rainbow», así que decidí probar con ella.

¿Podría ser la canción de Eno una pista del sonido que buscabas?

No buscaba ningún sonido en concreto, sólo experimentar, pero la manera de trabajar en el estudio de Eno fue una gran influencia. También tenía en mente a Kraftwerk, Phillip Glass y Low, de Bowie.

 

MUY LEJOS DEL PASADO

La pregunta es obligada. ¿Hay planes para un nuevo disco de The Feelies? Si es así, ¿alguna dirección particular que queráis tomar? ¿Algo diferente de Here Before?

Ahora mismo estamos trabajando en un nuevo disco. Todavía no puedo decir cómo va a sonar.

Estoy casi seguro de que vuestros fans europeos pueden despedirse de volver a veros por aquí.

Dadas nuestras circunstancias vitales, la manera en la que trabajamos ahora es un gran logro. El grupo es una parte importante de nuestras vidas, pero nos resultaría muy difícil convertirlo en un compromiso a tiempo completo.

The Feelies (Foto: Pat Blashill)

Acabamos de revisar la caja de Ork Records. No sé si os trajo buenos recuerdos de un momento en el que estabais creciendo y cambiando como grupo. Creo que la nostalgia no es un sentimiento que cultivéis mucho, pero, ¿fueron aquellos finales de los 70 en New York un buen momento y lugar para estar en un grupo?

Me trajo muy buenos recuerdos de Terry Ork. En general, fueron un tiempo y un lugar estupendos, aunque nuestra decisión de permanecer en New Jersey nos alejó un tanto de aquella “escena”.

¿Manteníais una buena relación con el resto de grupos del sello y los demás de aquella escena, más allá de compartir escenarios?

Nos llevábamos bien con algunos de los grupos. Creo que todos nos sentíamos conectados al muy particular paisaje musical de aquellos momentos, lo compartíamos, aunque también existía cierto sentimiento competitivo.

¿Qué importancia tuvo Terry Ork para vuestra carrera?

Terry nos dio mucha confianza como grupo y nos ayudó a buscar conciertos, jugó un gran papel en nuestro desarrollo inicial

Finalmente, ¿ha cambiado tu opinión sobre el single que grabasteis para Ork Records? Estoy seguro de que a los seguidores de The Feelies les encantaría escuchar las grabaciones anteriores a Crazy Rythms de las que habla el libro que acompaña a Ork Records: New York, New York. Mostrarían una cara muy diferente, más cruda y eléctrica, y complementarían lo mostrado en vuestro primer LP. ¿Alguna posibilidad?

No hay ningún plan de publicar nada de esos años. Estamos muy ocupados con el nuevo material que estamos grabando y no solemos visitar el pasado.

 

Texto: Carlos Rego

Artículo publicado en el nº 337 de mayo del 2016

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