Si Robin Guthrie de Cocteau Twins se presta a remezclarte una canción, no cabe duda que lo estás haciendo bien. Si tienes 25 años y a lo que suena en la actualidad le añades capas de dream-pop o shoegaze, como mínimo hay que tomar atención. Si cuando escuchas su disco de debut añoras el momento en que descubriste a Beach House, puede que sea una señal; vas por el buen camino. Si los millenials se acercan gracias a Hatchie a sonidos y texturas que de otra manera nunca harían suyos, se da por bien empleado el tiempo, la espera. Si Keespsake se rebela como un disco sorprendente, algo harto difícil a día de hoy, que pisa con fuerza en listas a final de año, aunque sea como promesa, la joven australiana se colocará en la ‘’pole position’’ de cara al futuro. Si conforme te adentras en las diez canciones de este lote descubres que, al margen de dream-pop, hay sonidos industriales que te cogen en bolas, new-wave reseteado y, sobre todo, destellos uno tras otro, Hatchie nos hará creer que todavía se puede confiar en los jóvenes. Al parecer, y visto lo visto, no está todo perdido.
TONI CASTARNADO