Excelente tomo sobre el sempiterno jefe que aborda su prolífica trayectoria en orden cronológico a base de pequeños relatos biográficos de sus propios fans. Durante las más de 200 páginas que completan este lujoso volumen de tapa dura y con un material fotográfico abrumador, personajes anónimos se entremezclan con fanáticos seguidores (como es el caso de uno que proclama orgulloso haber asistido a 250!! conciertos de Bruce desde 1973) y algún periodista.
En textos breves y entretenidos narran sus experiencias personales centrándose principalmente en esa máxima celebración que significan los conciertos. Desde New Jersey hasta Alaska, a lo largo del planeta, se relatan todo tipo de batallas, como la locura temporal de aquel que salta al escenario o aquellos que han tenido la oportunidad de saludarle a las puertas de los shows o en hoteles, o simplemente la práctica y el placer de conocer otros fans. Momentos que alargan la leyenda de tu artista favorito y convierten tu existencia en algo mejor. Entrañable es la secuencia de imágenes de un lejano 1976 cuando dos amigos de Cleveland que irradiaban su pasión a todas luces, se encaminaron a New Jersey con el objeto de conocerle como fuera, y escucharon el rumor que el mismísimo iba a presentarse con la banda a jugar un partido de beisbol contra la tropa de la revista Crawdaddy. Y allí se plantaron con Born to Run resonando en sus tímpanos y pudieron vivir una jornada irrepetible junto a él. Hay dos menciones que nos pillan más de cerca. La primera es de Jaume Cambra, fan de Barcelona que pudo verle en el 81 en el Palacio de Deportes y espera una próxima visita para poder llevar a sus dos hijas. Y la segunda nos traslada a Galicia, y su autor, Diego Ariza, resume en pocas y acertadas palabras la sensación que produce poder agarrarse a Springsteen y a su música cuando más lo necesita. Curiosamente, este texto es el único que no está en inglés y aparece en castellano.
Texto: Daniel Miralles
