Un lustro llevábamos -desde aquel Desolation Rose de 2013- sin novedad en estudio por parte de The Flower Kings. Que no de su alma mater, Roine Stolt, ubicuo e hiperactivo como pocos. De hecho en los últimos tiempos no ha parado, si es que alguna vez lo ha hecho.
En 2014 presentaba Kaleidoscope, un disco de versiones junto a Morse, Portnoy y Trewavas bajo la enseña Transatlantic. A principios de 2016, colaboración a medias con Jon Anderson en Invention of Knowledge. Y dos años más tarde, doble entrega con el primer álbum homónimo de The Sea Within y su noveno (si no me fallan las cuentas) disco en solitario, Manifesto Of An Alchemist, bajo la denominación Roine Stolt’s The Flower King. Colaboraciones aparte, no hace falta decirlo.
Hasta que a finales del año pasado nos llegaba este Waiting For Miracles, decimoterera referencia de la banda original, para deleite de los fans de siempre. ¿Novedades? Sinceramente, no muchas. Su estilo dentro del prog lleva mucho tiempo definido, y a estas alturas uno no espera grandes bandazos. Se han convertido en clásicos por derecho propio, y su última obra -a la que situaría en zona media alta de su discografía- ofrece todo aquello que uno espera de ellos. Con sus fieles Fröberg y Reingold, más un par de nuevos músicos que cumplen con nota, el maestro Stolt nos deleita con nuevas maravillas como «Miracles For America» o «Vertigo», dos temas a apuntar entre lo mejor de su repertorio reciente. Efluvios setenteros, sinfonismo puesto al día, desarrollos instrumentales de sacarse el sombrero…lo que hace que se le perdone alguna concesión -agradable pero facilona- como esa «Wicked Old Symphony». Intimismo para la primera mitad de «The Bridge», grandeur orquestal para «Ascending To The Stars» y un par de temas finales – «Sleep With The Enemy» y «The Crowning Of Greed»- absolutamente magistrales cierran un notable más que alto para un retorno que los fans del progresivo esperamos -necesitaríamos, en realidad- poder degustar en directo cuanto antes.
Mucho ha llovido desde la última vez que los vi en directo, y va siendo hora de repetir.
Eloy Pérez
