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Clutch + Graveyard + Kamchatka – Apolo (Barcelona)

Más gente de la esperada se congregó ante el escenario para ver a la primera atracción de la noche. Pese a la temprana hora de inicio no cabe duda de que Kamchatka se han hecho con una base de público en la ciudad condal ya que sus dos visitas anteriores, ambas en Rocksound, dejaron claro que son unos jefazos. Músicos veteranos y con mucho oficio aprovecharon excelentemente su escasa media hora para demostrar que un estilo tan manoseado como el blues pesado con roces hard y progresivos puede sonar atractivo y lozano si se cree en él y se interpreta con la fe del que sabe que lo suyo es de muchos quilates. Técnica y entusiasmo que cosechó una cerrada ovación por parte del respetable.

Le sucedieron sus compatriotas Graveyard que tuvieron un inicio algo desorientado con un sonido apagado y confuso, todo lo contrario del que habían gozado sus predecesores, y pese a que al tercer tema la calidad de sonido fue la adecuada el cuarteto se mostró como una formación que en estos momentos carece de alma, que funciona por pura inercia, y que anda lejos de sus prometedores inicios. Tuvieron momentos en que parecía que podían remontar el vuelo pero rubricaron un concierto plano que no dejará ninguna huella y que enfrió notablemente el ambiente.

Tras ellos salen los norteamericanos y al primer tema, «Pure Rock Fury», ya tenían al personal comiendo de su mano. Neil Fallon ejerciendo de puto amo, con un dominio absoluto de las tablas y con su actitud escénica, con esa gestualidad entre predicador y chamán esotérico, atrayendo la atención de un abarrotado Apolo que le seguía como un solo hombre. Intensos, dando escasos respiros y acometiendo un repertorio, ¡lo cambian cada noche de la gira!, que se balanceó entre la presentación de los temas de su último álbum, cuatro de ellos fueron los escogidos, con viajes al pasado que en algunos casos llenaron de satisfacción a sus seguidores más veteranos. Como, por ejemplo, poder escuchar «Worm Drink», que llevaban sin tocar en directo desde el 2005. Aspecto, el constante cambio del listado de temas, que apunta la tremenda seguridad en sí mismos y en el espléndido estado de forma en que atraviesan.

Cuando dejan que el peso del blues tome el mando de sus composiciones y se visten el traje del boogie sureño no dejan títere con cabeza, «The Regulator» y «Gravel Road» fueron dos puñetazos en los morros, provocando una algarabía en las primeras filas como hacía tiempo que un servidor no presenciaba en Barcelona. Algarabía que tuvo su apogeo final en un bis, con «Electric Worry», todo un himno para la parroquia, y su reciente lectura del «Fortunate Son» de Credence Clearwater Revival que han lanzado dentro de la serie de versiones que están subiendo a YouTube, que puso broche de oro a la mejor, en mi opinión, de las tres veces que han tocado en la capital catalana. Y eso, en una banda como ellos, es mucho. Pura furia rock.

Manel Celeiro

Foto: Sergi Fornols

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