Si tomamos la decadencia y el abandono como dos de los elementos artísticos y fotogénicos más atractivos que existen, la Ruta 66 sería la piedra angular de dicho concepto. Almost Ghosts, el documental dirigido por la valenciana Ana Ramón Rubio hace referencia a la legendaria autopista tomando como protagonistas a tres ancianos que han vivido el auge, caída y resurrección de una carretera que, no olvidemos, va desde Chicago a Santa Mónica. Paradigma del sueño americano -y turístico-, la Ruta 66 hace tiempo que se erigió emblema de la búsqueda de una vida mejor, y de ello saca rédito año tras año con una propuesta que atrae a miles de curiosos, víctimas del show business que tan bien gestionan y venden los yanquis.
En este ambiente Ángel Delgadillo, barbero de 91 años, ha encontrado una forma de hacer feliz a esos visitantes que, al pisar Selligman (Arizona), se topan con uno de los hombres que luchó para que un tramo de la Carretera Madre –122 km de los 3.490 originales- fuera oficialmente reconocida como histórica. Un hombre que, vestido de arriba abajo con merchandising, narra con orgullo su proeza y se congratula por ser reconocido allá donde va, aunque su itinerario no se salga de su amado condado. Sin embargo, entre fotos, souvenirs y caravanas, existen cientos de pueblos que, ajenos a esta fama, se consumieron en el tiempo, convirtiéndose en reliquias cuyo valor solo es reconocido por los pocos oriundos que aún quedan en ellos.
Lowell Davis fue durante años el único habitante de Red Oak II (Missouri). Un octogenario que trabajó durante años en el mundo de la publicidad y que decidió un día cualquiera regresar a su hogar y restaurar todo un pueblo que ya no le importaba a nadie. Un hombre que concibe la vida que le queda y su hábitat reformado como una obra de arte ya terminada a la que admira cada día sentado en el porche de su granja y fumando su inseparable pipa. Por último, Harley Russell se define a sí mismo como “una experiencia” para captar la carretera y lo que significa en su más pura esencia.
Músico y propietario de un local de espectáculos en Erick (Oklahoma), Russell es un redneck, un paleto que se jacta de no ser un vulgar americano. Un idealista que apenas recibe visitas y que, en lugar de lamentarse por ello, compadece a todos esos viajeros que jamás verán su inimitable función. Un documental sobrio, visualmente esclarecedor, que se centra en el desvío menos transitado de la Calle Principal de América.
Texto: Borja Morais
