Eddie Hinton ha regresado al edificio. Ese es el sentimiento que recorre los poros de mi piel tras las sucesivas y casi obsesivas escuchas del segundo disco de estos australianos dedicados en cuerpo y alma al southern soul. Ya su debut fue excelente, pero esta continuación es aún mejor. John y Sam Teskey lo han bordado, con la inestimable ayuda a la producción de Paul Butler (Michael Kiwanuka, Nick Waterhouse). Tontean con el rock sureño («Sun Come Easy Me In»), se acercan al rock&soul de The Faces («That Bird»), coquetean con el pop («So Caught Up») o deletrean el ABC del Southern Soul («Let Me Let You Down») con una facilidad pasmosa. Abandonan, eso sí, su vertiente más blues, protagonista de su anterior Half Mile Harvest (2017) y la jugada les sale de lujo. Porque si como grupo de blues eran destacables, como banda de soul son imbatibles. Casi me da vergüenza. Porque algunos me acusarán de decir que todos los discos que reseño este mes son magníficos. ¡Pero es que lo son! Porque decir lo contrario sería mentir, y no estamos aquí para eso. O yo lo veo así.
EDUARDO IZQUIERDO
