Zaragoza, 12 de octubre, día grande de las Fiestas del Pilar, y a las 12 del mediodía, momento de apogeo de la ofrenda de flores, eran fecha y hora programada para un viaje muy distinto. Puntual comenzaba la ceremonia de sanación del Dr. Cuti, con elixires y ungüentos con aroma a Nueva Orleans y muy influenciados por los grandes hechiceros Fats Domino, Professor Longhair y Dr. John. Con la colaboración de Los Mogambos en la base rítmica, el Dr. bendijo a baturros, rockers, profanos y niños, y ya ninguno pudo parar quieto. Aproximadamente una hora de pócimas bailongas y conjuros socarrones sirvieron para allanar el terreno que estaba a punto de destrozar el terremoto llamado Los Mambo Jambo Arkestra.
En este formato extendido de 16 músicos, Los Mambo Jambo se encuentran todavía más enérgicos y explosivos que en su formato cuarteto (que ya es decir). La cantidad y calidad de músicos sobre las tablas permite un control milimétrico de los tempos del concierto y las dinámicas de cada tema, sin dejar de tocar cada nota como si fuese la última. Pero esto no es fruto de la casualidad, y es que tanto en sus composiciones como en su puesta en escena se aprecia un cuidado de cada detalle que solo puede aparecer con las horas de trabajo y sacrificio de seres humanos apasionados.
Dani Nel·Lo sopla sus saxos con una energía apabullante y comparte el protagonismo del frontal con Ivan Kovacevic haciendo volar su contrabajo y con Dani Baraldés dando réplica al saxofón con sus guitarras. Mientras tanto, al fondo Anton Jarl rodeado por la Arkestra, se encargan de mantener la intensidad rítmica impidiendo que puedas dejar de bailar. Esta es la apuesta de Los Mambo Jambo, trabajo y pasión incontable para montar un jolgorio inolvidable. Sonido jambofónico lo llaman ellos. Como prefieran, yo ya quiero otra dosis.
Texto: Hildy Johnson
Fotos: Cristina Deville
