El dúo vallisoletano más corrosivo y blusero, contrataca con Guadarrama, pasándose por completo al castellano y tejiendo paisajes sonoros cargados de raíces americanas, azufre y pantano con sello propio. Del garage más denso y rocoso, al gospel y cantos espirituales, desembocando en auténtico y sudoroso Delta blues. Si solo son necesarios unos segundos de plegarías a fuego lento en la inicial «Santa Clara» para que caigamos en sus redes, la cosa se pone al rojo vivo en «Vente a Mi Casa (Y Dame Candela)», con Son House, Howlin’ Wolf, Guadalupe Plata y Los Espíritus danzando alrededor de una hoguera en la que terminamos consumiéndonos gustosamente. Jesús Bravo se une a las teclas —cegadoras en la titular «Guadarrama»— y acordeones, mientras la locomotora de López Rodrigo sigue marcando el camino y la voz de Manuel García nos cala hasta los huesos y lija las entrañas, aullido tras aullido. Imposible no fundirse en el ‘’Todas las noches del mundo / que sean para ti’’, que conduce y descarrila en el desgarro de ‘’¿Cómo quieres que no te quiera? / Eres mi camino y mi destino’’, de «Dientes Blancos, Colmillo Vivo». Tocan techo y lo rompen en estas flamantes seis pistas, consiguiendo su sonido más afilado, luminosamente oscuro y perfecto hasta la fecha.
DAVID PÉREZ
