Los que le seguimos hace años lo sabemos: Sonny Smith es un artista, situación que, en ocasiones, ha usado para explorar terrenos que a los fans más ortodoxos los/nos ha llegado a despistar. En esta última entrega vuelve a apostar por ese sunshine-pop de melodía certera, facturado con su característica voz nasal, que podríamos emparentar con el primer Jonathan Richman. Los arreglos encajan a la perfección con el tono del disco. Produce el álbum el líder de The Shins, James Mercer, quien quizás haya sabido templar los ánimos de nuestro querido Sonny y controlar sus marcianadas. Abre el lote «A Bigger Picture», tema que ya da pistas por donde van a ir los tiros: pop preciosista, pero con cierta querencia por el lo-fi. Hay lugar para los sintetizadores ochenteros en «Ghost Days», para el country-folk a lo Michael Hurley en «Take a Hard Look Down the Long Corridor» —esta es puro «Longtime Companion», obra maestra de Mr. Smith para el que esto suscribe—, e incluso se atreve con una especie de instrumental afro-beat a lo Mulatu Astatke, «The Man Without a Past». Vamos que Sonny Smith se ha redimido, pero afortunadamente solo a medias. John Cale le mantenga en su gloria.
RAÚL REAL
