Peter Laughner murió en 1977 con tan solo 24 años, habiendo contribuido como miembro fundador, compositor y guitarrista a los primeros dos singles de Pere Ubu. No estaba ya con ellos cuando registraron “The Modern Dance”. Sin embargo, su aparentemente anecdótico legado oficial en vida constituye tan solo la punta del iceberg: músico, escritor, poeta, catalizador, visionario y figura de culto proto-punk, Laughner fundó y participó en más de media docena de bandas (como los seminales y legendarios Rocket From The Tombs de cuyas cenizas surgieron los propios Pere Ubu y los Dead Boys), escribió entre otras para la influyente cabecera rock Creem, casi sustituye a Richard Lloyd en Television antes de que grabasen “Marquee Moon”, y fue uno de los principales instigadores de la fascinante escena que a mediados de los 70 se gestó en Cleveland.
Todo esto viene recogido en esta ineludible caja de 5 LP’s/CD’s (con idéntico contenido) que el sello Smog Veil ha empleado más de diez años en completar y que reúne un total de 56 grabaciones (más 5 canciones que se incluyen en un 7” EP para los primeros compradores del artefacto), en su gran mayoría inéditas, de diversa procedencia (directos, sesiones de radio, maquetas grabadas en casa…), e impecable presentación: incluye un libro de 100 páginas que, además de una biografía a cargo de Nick Blakey, reúne multitud de fotografías e imágenes en su mayoría inéditas, así como una selección de escritos, reseñas y poesía que Laughner publicó entre 1973 y 1977 en diversos medios.
Obviando, por suficientemente documentado, su paso por Rocket From The Tombs (un tema) y Pere Ubu (ninguno) y ordenado cronológicamente, el material sonoro comienza con una sesión radiofónica en 1972 a cargo de The Original Wolverines, para repasar después los repertorios de Cinderella Backstreet, Cinderella’s Revenge, Fins, y Friction, además de grabaciones en solitario y colaboraciones con otros músicos, y terminar con las canciones que Laughner registró en la soledad de su cuarto en casa de sus padres la noche antes de su muerte. Todo ello nos muestra la gran variedad de influencias que manejaba, desde el blues y el folk, de Brian Eno a Bob Dylan y Richard Thompson, pasando por Michael Hurley, los Stooges o Jimmy Rodgers, los rockers originales, sus contemporáneos y amigos Television o Richard Hell, hasta su gran obsesión y referencia principal Lou Reed/The Velvet Underground. A todos ellos, y alguno más, interpreta de una forma siempre personal y, en el caso de Reed/V.U., como muy pocos lo han hecho. Pero, como deber ser, son sus composiciones originales (“Baudelaire”, “Sylvia Plath”, “Ain’t It Fun”, “Cinderella Backstreet”, “Amphetamine”…) las que le sitúan por encima de la anécdota interesante y le aúpan a pocos pasos de sus referentes.
Su amigo Lester Bangs escribió su obituario en New York Rocker, y grupos y artistas tan diversos como Dead Boys, Mission of Burma, Bored!, Claw Hammer o Guns N’ Roses han interpretado sus composiciones, mientras que Jeff Tweedy utilizó parte de la letra de “Amphetamine” en “Misunderstood”. Imprescindible documento no sólo de de un artista original y visionario, sino de una época fundamental e irrepetible en la historia de la música que nos ocupa.
Texto: Iñaki Orbezua
