Cuando «Hold The Line» sonó – impecable, implacable – como segunda canción del set, mis temores iniciales aumentaron. Lo de Toto se me iba a hacer muy largo. Lo tenía asumido en parte, al acompañar a un amigo para quien Steve Lukather es Dios. Vilipendiados por las parroquias rockeras y progresivas por su amable equidistancia, Toto siempre se salieron con la suya, siendo probablemente los músicos que más han vendido en la historia con sus colaboraciones y trabajos propios. Esa noche, también lo consiguieron. Auditorio lleno, una puesta en escena inmaculada, y un sonido prístino, sumados a una banda de músicos superlativos dirigidos por un excelso Steve Lukather. No estuvo David Paich, pero si estaba Steve Porcaro manteniendo el apellido en alto. En esta época de atroz mediocridad musical imperante, lo de Toto se vuelve excepcional, con gente virtuosa en lo suyo, capaz de hacer canciones pop atemporales y alcanzar armonías vocales perfectas. «Rosana» y «Georgy Porgy» precedieron a «Human Nature» de Michael Jackson, dejando bien claro de Thriller fue hijo de Toto y de Quincy Jones. La majestuosa instrumental «Dune (Desert Theme», de la película de David Lynch fue otro punto álgido, así como la sentida versión de «While My Guitar Gently Wheeps» en la voz de Lukather. Final festivo con «Africa», y sensación de satisfacción tan completa como inesperada. Los prejucios, mejor dejarlos en casa.
Texto: Daniel Renna
Foto: Xavier Mercadé