Encuentros

The Waterboys, siempre marcando las distancias

 

El conjunto británico lanza Where the Action Is y emprende una gira española. Serán veladas apasionantes bajo una luna mágica. Estas son las citas con Mike Scott y sus Aguadores: 27 de junio, Auditori de Burjassot, Valencia; 28 Auditorio Parque Almansa, San Javier, Murcia; 29 Músicos en la Naturaleza, Hoyos del Espino, Ávila; 30 Noches del Botánico, Madrid; y 12 de julio, Pirineos Sur, Sallent de Gallego, Huesca.Su nuevo álbum los consolida —como si hiciera falta— como un referente etéreo e inclasificable. Algo que, en tiempos de etiquetas constantes y argumentos polarizados, supone una bocanada de aire renovado.

“Ten cuidado con Mike Scott, que puede ser muy borde”. Ante esta premisa afrontaba la entrevista con el carismático e impredecible líder de un grupo que parece siempre querer recuperar el tiempo que perdieron en los noventa. ¿La causa? Una separación que, como toda su trayectoria, es difícilmente explicable. Aunque Scott siempre ha afirmado que The Waterboys y él son lo mismo y que ese lapso de tiempo no le afectó en su ya larga y fructífera carrera, este nuevo álbum y sus dos predecesores corroboran que, si bien no se puede resucitar ni resurgir cuando no se ha estado muerto, The Waterboys viven una segunda juventud que debieron haber disfrutado en un fin de siglo tan convulso y confuso como lo son estos tiempos.

Scott, al que me han puesto al teléfono desde algún lugar de Londres, es cualquier cosa menos un personaje tibio. Combina respuestas largas con contestaciones cortas y cortantes. Desde la primera toma de contacto hasta que colgamos, uno no acierta a decir si está siendo una conversación amena o, por el contrario, el entrevistado desea colgar y seguir con lo que sea que se hace un mediodía cualquiera por tierras británicas. Se expresa con efusividad y pasión, en ocasiones exagerada. Se ríe desmesuradamente cuando la pregunta le pilla por sorpresa; duda unos segundos antes de responder a una pregunta personal y contesta rotundamente y sin hacer rehenes cuando la cuestión abarca más allá de él o su banda, que viene a ser lo mismo.

La sensación al acabar la entrevista fue que el personaje, ese que marca el ritmo y la distancia y que se sabe uno de los grandes cantautores de la historia, se había impuesto al introspectivo artista que lleva casi cuarenta años explorando géneros y llegando a las aristas de una música cada vez más conformista. La sensación al transcribirla poco tiene que ver. Mike Scott, como The Waterboys y su discografía, es un maestro en el arte de la incertidumbre.

Lanzáis nuevo álbum tras los aclamados Out of All This Blue y Modern Blues. Quizá es mi impresión, pero creo que la crítica aclamó tanto ambos discos no solo porque son muy buenos, que es cierto, sino porque pocos son los grupos que hoy en día cambian tanto de estilo. Hay carreras de bandas que podrían contarse con una única crítica…

¡Sí! Me ha venido a la cabeza AC/DC mientras hablabas. Todas sus canciones parecen hechas con el mismo ritmo, con la misma actitud, la misma energía. A mí me resulta aburrido, aunque entiendo que haya gente a la que le produce felicidad comprar sus discos y asistir a sus conciertos, porque son muy buenos en lo suyo. Esa gente les tiene el mismo aprecio que yo tengo a las bandas que están constantemente cambiando. Y cuando hablo de cambios, me refiero a una evolución que surge de manera orgánica. Es en este tipo de bandas o de artistas con los que siempre me he sentido identificado. Los ejemplos más claros se ven en Madonna o David Bowie, Kate Bush o Neil Young. Artistas que introducían notables cambios entre álbum y álbum y que eran aclamados por hacerlo desde una perspectiva honesta y natural. Y un proceso así difícilmente puede ser criticado. Te he mencionado artistas con largas carreras, pero sí que el ejemplo de AC/DC puede aplicarse a bandas nuevas.

¿Esto puede ser porque la escena musical vive en una permanente zona de confort?

Me vas a disculpar, pero no encuentro mucho sentido a esta pregunta. Si he entendido bien, ¿estás sugiriendo que la música es demasiado conservadora?

La actual, quizás. Pocos de los más reconocidos artistas coetáneos toman riesgos. Se centran en ser escuchados de un modo nimio, estéril y pomposo. En presentar un contenido vacío con un continente atractivo.

¡Aaah! Las bandas que no toman riesgos no me interesan lo más mínimo.

¿Qué rol tiene la música en la sociedad actual?

Esta constantemente cambiando, y creo que a peor. En los cincuenta, sesenta y setenta el riesgo que se tomaba en la música lideraba los cambios culturales. No solo los reflejaba, sino que los guiaba. Artistas como Elvis o los Beatles cambiaron no solo la cultura, sino la forma en que la gente la sentía e incluso el modo en que interactuaban unas personas con otras. Ahora no tiene este efecto, porque estamos ante el nacimiento de los músicos que enfocan sus letras en la individualidad y en el confort del que hablabas antes. Es por esto por lo que la música ha perdido ese poder que solía tener y se ha convertido en un mero instrumento del entretenimiento y el espectáculo.

En Where the Action Is no solo volvéis a mezclar distintos géneros, sino que combinas letras íntimas con letras melancólicas y letras positivas. A la hora de componer, ¿escribes la letra y luego le añades música o es al revés?

A veces la música llega primero y a veces la letra llega primero.

¿Y cuándo te resulta más fácil componer una canción?

Componer melodías es más sencillo que componer letras, porque surge de forma automática, de forma casi sensorial. La letra lleva más tiempo.

¿Cómo encuentra un artista como tú la inspiración en un mundo cada vez más guiado por preguntas rápidas y respuestas aún más rápidas?

Mmmm… Encuentro la inspiración en la música, los libros, las conversaciones, las cosas que veo, las cosas que siento. Vivimos en un mundo repleto de estímulos que es fenomenal para sentirse constantemente inspirado.

En todos tus álbumes hay una gran presencia de escritores. ¿Qué has estado leyendo durante el proceso de composición y grabación de este álbum?

Muchos libros sobre música. He leído muchísimo sobre los Rolling Stones. No entiendo el motivo, pero los encuentro cada vez más interesantes, aunque el que recuerdo especialmente es uno que leí sobre Brian Jones.

He leído en algún sitio que, aunque te declaras gran fan de los Stones, la última vez que los viste en directo fue en 1973. Te envidio mucho ahora mismo, Mike.

[Risas] Así es. En esa época era increíble ver a los Stones. La diferencia es que, en ese concierto, parecían ansiosos por tocar temas como «Jumpin’ Jack Flash», y en un concierto de hace aproximadamente un año, me contaron que casi se olvidan del final de la canción…

Algunos hemos llegado unos cuantos años tarde al baile. Hay una frase que me encanta: “Cuando alguien dice que tiene mucho que decir, no se da cuenta que lo que tiene es mucho que leer”. ¿Está todo inventado y dicho, no solo en la música, sino en la vida en general?

A esa frase yo le añadiría que también tiene mucho que ver. En cuanto a la cuestión, creo que en la música en concreto es muy difícil porque todo se ha hecho ya antes, por lo que es casi imposible presenciar un gran descubrimiento. Sin embargo, esto no quita que aún haya grandes canciones que tienen que ser compuestas y que hay nuevas cosas que deben intentarse. Un gran descubrimiento fue el rocanrol de Elvis, por ejemplo, y quizá nunca más veamos algo como eso, pero no por ello hay que dejar de intentarlo. Solo intentándolo y explorando y fallando la música se removerá y surgirá nuevo material que, sin ser totalmente original, conseguirá que la música siga siendo fundamental.

Como maestros que The Waterboys sois en mezclar géneros, ¿crees que es el camino más eficaz para ser original?

Bueno, Elvis mezclaba géneros, Bowie también. Pero no solo artistas que a priori parecen diferentes. Desde géneros como el rocanrol a géneros como el gospel se van añadiendo nuevos elementos a música ya creada o descubierta. Las canciones más famosas tratan casi siempre de amor, sexo o religión, pero con diferentes sonidos el asunto cambia. No sé si es la vía más eficaz, pero desde luego que es una apuesta muy fiable que además aporta una gran perspectiva. Y a este motivo es al que la gente joven que está comenzando debería aferrarse para escuchar música de todo tipo.

Me ha llamado mucho la atención que le dediques una canción a Mick Jones, un artista que fue despedido de una banda tan inconformista como The Clash por, entre otras cosas, ser demasiado experimental, demasiado arriesgado. ¿Fue el punk un género musical hipócrita?

[Risas} Evidentemente no. Es cierto que Mike Jones era un guitarrista que buscaba constantemente el cambio y que Joe Strummer prefería mantenerse igual, pero es una de las cosas que puede pasar en cualquier banda. Y no por este caso concreto hay que catalogar a algo tan importante en la historia de la música como el punk de hipócrita.

¿Es una especie de libertad formar parte de una banda que no puede ser incluida en ningún género musical concreto?

Absolutamente. Es uno de mis principales motores y odiaría que nos catalogaran en un género concreto.

Has dicho muchas veces que uno de tus objetivos es convertirte en la voz de tu generación. ¿Qué te falta para lograrlo?

No he dicho exactamente eso. He dicho que quiero convertirme en el cantautor de mi generación. ¿Qué necesito? Pues básicamente escribir y hacer mejores canciones que mis competidores.

¿Cuánto le importa “trascender” a alguien que nunca le ha dado importancia a eso de “triunfar”?

Bueno… yo escribo mis canciones con la intención de que sean escuchadas. Sería un hipócrita si dijera que no me importa. Lo único que intento es usar mis habilidades como compositor de la mejor forma posible para, entre otras cosas, llegar al oyente. Podría utilizar múltiples recursos, como un grupo de instrumentos distintos o un coro más fuerte o sonidos y efectos para intentar persuadir a la gente más joven. Al final, los artistas que están desarrollando su carrera a través de Spotify no difieren mucho de esto que te estoy contando, así que no somos tan distintos. Puede que lo estén haciendo de un modo más cínico, pero lo más importante es que lo hagan poniendo toda su esencia y disfrutando de cada paso que dan. Esa es mi forma de concebir la música y mi manera de “triunfar”.

El 30 de junio tocas en Madrid junto con Paul Carrack. ¿Qué destacarías de un artista cómo Paul?

¡Ah, no sabía! No te puedo decir mucho más que es un gran músico que, tras varias décadas, sigue actuando por todo el mundo. Con eso está todo dicho.

Texto: Borja Morais

Fotos: Scarlett Page

 

 

 

 

 

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