En enero de este mismo año, Johnny Stanec nos avisaba en una entrevista publicada en esta casa, “definitivamente es un disco más sencillo que los últimos. Las canciones son cortas y de mucho ritmo, casi hasta el final. Inicialmente se suponía que iba a ser el principio de una nueva banda, pero ahora que está grabado tiene más sentido lanzarla en solitario. El álbum contiene diez nuevas canciones y todas son más cortas y más impactantes. Tengo muchas ganas de que la gente lo escuche”. Una definición casi perfecta. Porque aquí, el bueno de Stanec no hace algo que ya conocemos en otros artistas, eso de decirte que su nuevo disco es muy diferente para el anterior para luego plantarse con algo similar. El de Ohio cambia de tercio. Deja el rock americano y se tira en brazos del power pop más clásico. “No hay guitarra acústica, por ejemplo. Sin baladas, sin instrumentos exuberantes. Probablemente volveré a las canciones más introspectivas en el siguiente, pero esta vez quise hacer un disco de rock and roll con grandes guitarras y grandes temas pegadizos. Es un disco divertido y espero que los oyentes lo vean así”. Así lo vemos, efectivamente. La inicial «You’re The Only One (Not A Love Song)» es una auténtica declaración de las intenciones que se mantienen en los otros nueve temas, sin que la duración total llegue ni siquiera a la media hora. Son pildorazos pop tocados con guitarras eléctricas con el volumen al 11. Son la herencia de Paul Collins o The Knack. Una versión edulcorada, en el buen sentido, de The Model Rockets. Y, lo cierto, es que esta versión de Johnny Stanec nos gusta. Y además nos gusta que no haya tenido miedo a un cambio tan drástico. Al final solo se trata de hacer buenas canciones o no. Y Johnny las hace.
Eduardo Izquierdo