Un álbum con Charlie Sexton en las guitarras siempre es una garantía y el segundo trabajo en solitario de Jamie Lin Wilson, valor en alza del country-folk tejano independiente, no da gato por liebre. Dos cosas llaman enseguida la atención.La primera es la melancolía. La ex Trishas posee una de esas voces que se te meten dentro, rota pero dulce, triste pero envolvente, y resulta imposible no sentir un nudo en el estómago cuando escuchas «The Being Gone» o «Oklahoma Stars», este último escrito con el cabeza visible de los Turnpike Troubadours Evan Felker. El sentimiento de tristeza también viene dado por las letras. Wilson, madre ya de cuatro hijos, hace tiempo que ha comprendido que eso de hacerse grande pasa factura y no le tiembla la mano a la hora de retratar el desamor, la pérdida o la incomunicación. No estamos ante una compositora típica. «Everybody’s Moving Slow» mezcla poesía y Charlie Rich. «Run» es una enumeración de preguntas sin respuesta. Y «Death & Life» se construye alrededor de una metáfora desgarradora sobre el ciclo de la vida y la muerte: unos niños juegan dando saltos sobre una tumba. La segunda cosa que sorprende es la producción. Jumping Over Rocks no suena a americana del montón. Suena a algo más atmosférico y misterioso. Como si Daniel Lanois hubiera estado dando consejos desde la mesa de control, para entendernos. El broche de oro lo pone el dueto con Jack Ingram en la versión de Guy Clark «Instant Coffee Blues». Mi disco del mes.
JORDI PUJOL NADAL