Discomático

Fat White Family – Serfs Up! (Domino-Music As Usual)

Resultado de imagen de Fat White Family - Serfs Up!“Es la guarida de una camada furiosa que retrata a la Inglaterra del siglo XXI en toda su miseria y vanidad, demostrando que ese asco puede transformarse en música de primera magnitud. Exorcismo dickensianos y salvajismo post-pop”. Con estas palabras retrataba Luis Boullosa en uno de los ejemplares de la revista Karate Press el carácter diletante de Trashmouth Records. Cuna de bandas del calibre de Warmsdüscher, Meatraffle, Bat-Bike o Taman Shud, el sello creado por Liam D. May ha sido la rúbrica que nos dio a conocer a Fat White Family, brote de un universo incómodo y feísta capaz de sortear las fronteras del hype con una imaginación pasmosa.

Discos como Champagne Holocauts (2014) y Songs For Our Mothers (2016) nos pusieron sobre la pista de un proyecto imperfecto y lacerante que parecía devolverle la necesaria cuota de peligrosidad a una escena cada vez más adocenada por el exhibicionismo transmedia. Lias y Nathan Saoudi, sístole y diástole de este corazón inflado de napalm, llevan varios años husmeando en las cloacas, trapicheando con el pospunk y la psicodelia más arisca y recordándonos que al arte siempre estará reñido con el buen gusto. Y sin obviar proyectos paralelos o colaboraciones como The Moonlandingz, puedo asegurar que lo de FWF continúa siendo la mejor herramienta con la que inventariar la herrumbre que corona el desguace en el que se ha convertido el actual pop anglosajón.

Serfs Up!, su tercer álbum ya al amparo de un sello como Domino, vuelve a destaparnos a una formación en constante movimiento. Si ya su single de adelanto («Feet») planteaba un cambio de registro en clave soulploitation, el álbum al completo supone otra vuelta de tuerca a este inframundo por el que se mueven los británicos. Samples, noise, Bowie, glam-punk, cajas de ritmos, los primeros Ween, coros gregorianos, Alan Vega, dub, dancehall, The Residents, mucho groovy y una perversa lucidez pop lo-fi amplificada con la colaboración del señor Baxter Dury son los elementos que dan forma a lo nuevo de FWF, un trabajo que nos destapa —tiremos de comparaciones hilarantes— algo así como unos Liars de la cochambre, a Afrika Bambaataa de bajona o a unos Super Furry Animals en clave chip-tune.

Aunque Serfs Up! es ante todo un disco de exploración, un drone insidioso mutado en grosera maquinaria de espionaje urbanita, siempre dispuesto a fotografiar nuestras miserias.

 

EMILIO R. CASCAJOSA

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