Encuentros

Steve Young, “me gustan los sonidos orgánicos puros”

Desde UK nos llega el segundo trabajo de Steve Young, A Little North of Nowhere, sacado adelante gracias a una campaña de crowdfunding. Este fino guitarrista, que ha ejercido de músico de sesión de Lionel Richie o Darren Hayes, decidió lanzarse en 2014 a una carrera en solitario que le llevó a debutar discográficamente en 2016 con Troubadour.

 

¿Cómo valoras el resultado de este álbum?

Estoy muy contento. Mi primer disco, Troubadour, fue un proyecto más ad hoc, que tardó más de 6 meses en completarse. No tuve una visión u orientación rea, por lo que las canciones me parecen algo más desiguales.  En este caso estoy contento con las canciones y el trabajo de guitarras, aunque siempre odio mi forma de cantar (risas)

 

Creo que has querido tener la producción de este disco más atada ¿no?

Sí. Con este disco he tenido mucho más control, y he producido yo mismo seis de las once canciones. Grabé en un estudio cerca de mi casa y me aseguré de que tuviera todo lo que necesitaba. Además debía controlar que se hacía dentro de los límites de los fondos recaudados a través de Pledge Music.

 

Aunque en tu música hay bastante de americana y blues, diría que el pop marca la pauta ¿es así?

Sí, supongo. La escena musical en UK es muy cerrada, con dos grandes emisoras nacionales controlando todas las ondas. Cualquier cosa que no sea pop comercia lo éxitos clásicos lo tiene difícil para entrar. Los géneros que mencionas son más underground, aunque existe una base de fans. Como músico de 40 años confío en el country y el blues, porque está centrado en las canciones. La vena pop me viene de mis años tocando para otros o como animador, y también de mi trabajo de co escritor junto a Darren y otros productores. Siempre estoy pendiente de las cosas que funcionan en la radio y me gustan.

 

Citas el country ¿también está ahí?

Crecí escuchando country, aunque luego no lo escuchara mucho, pero me influyó cuando empecé a escribir. Quizá es cierto que el blues me ha influido más. Soy autodidacta, y todo lo que he aprendido se lo debo a Eric Clapton, BB King, Stevie Ray Vaughan, David Gilmour o Gary Moore.

 

¿Entonces buscabas sonar a blues sin perder la vertiente comercial del pop?

Quería tener básicamente un sonido consistente. Por eso usé la misma guitarra todo el rato, esa Gibson roja que aparece en la portada. Mantuve una serie de reglas estrictas como usar solo dos pistas de guitarras principales junto a mi Hummingbird para las acústicas. Me gustan los sonidos orgánicos puros, así que prácticamente no usé ningún pedald e efectos.

 

Me sorprende leer en tu Facebook que entre tus influencias se encuentran Pink Floyd, y aún más, Muse.

¡Es que son increíbles! Pink Floyd fue mi primer concierto en vivo cuando tenía 16 años. Viajé a Londres para ver a la banda en el estadio de Wembley y, literalmente, cambió mi vida. Ese concierto es la razón por la que comencé a tocar la guitarra. Con Muse recuerdo su single «Muscle Museum» y pensé ¡esto es fantástico! En los primeros días se hablaba de Muse como un sucedáneo de Radiohead, pero eso se debía a que la gente no entendía la extraña influencia de la música de Muse. Están muy influenciados por composiciones clásicas, y se puede escuchar claramente en las escalas que utilizan. Soy un poco pavo para la música clásica. Literalmente me arranca el corazón con su hermosura. Muchos músicos como yo están más allá del género. La música es música, y lo que importa es donde te transporte en su viaje.

¿Dónde está el pequeño norte de la nada?

Pues estaba pensando que, como decías, no estaba realmente en ningún lugar, así que estoy un poco en medio. Ese fue el origen del título del disco.

 

Eres de la Isla de Wight, un lugar mítico. Para acabar ¿cómo está el ambiente musical allí?

Cuando yo empecé era un sitio fantástico para la música en vivo. Casi todos los pubs tenían bandas en directo y durante el verano venían bandas de toda Europa. La competencia fue muy dura. A veces pasaba por el recinto del antiguo festival e imaginaba allí a Hendrix, The Who…Pink Floyd o los Beatles venían al teatro al final de Ryde Pier. Era un buen lugar para la música. No sé si ahora podemos decir lo mismo.

 

 

Eduardo Izquierdo

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