Encuentros

Morcheeba, todo queda en casa

Los hermanos Ross y Paul Godfrey labraron su reputación como músicos en el Londres noventero del acid jazz. Su encuentro con la vocalista Skye Edwards propició la gestación de Morcheeba, uno de los combos definitivos de lo que se dio en llamar trip hop. Dotados de un eclectismo y una sensibilidad para la melodía por encima de la media del género, disfrutaron de considerables reconocimiento y éxito. Tras unos años de montaña rusa emocional, de idas, venidas y cambios de formación, Morcheeba ha vuelto este 2018 como dúo, con un álbum titulado “Blaze Away” y una gira que les trae a España, dentro del ciclo Madtown Days by Jim Beam: Miércoles 21, Barcelona, (18º aniversario de Razzmatazz) y Martes 27, Madrid, La Riviera.

Hablamos con el guitarrista y productor Ross Godfrey de la trayectoria de la banda, de su último trabajo de estudio y de lo que podremos encontrar en su inminente visita a nuestro país.

Se os identifica con una escena muy concreta, que tuvo gran repercusión entre mediados de los 90 y comienzos de los 2000.

Ese momento coincidió con muchos cambios dentro y fuera de la industria, que tuvieron el efecto de frenar la evolución futura de la música. La lenta muerte de las discográficas y el crecimiento de la música en vivo contribuyeron a ello. Las cosas no han variado demasiado en los últimos veinte años, no ha habido revoluciones. Si lo comparas con el período comprendido entre 1965 y 1985, o con cualquier otro intervalo similar, resulta increíble.

¿Os sorprende constatar que dos décadas después seguís en activo y vigentes?

Creo que nuestra música ha envejecido bastante bien, lo cual es un alivio.

Con la perspectiva del tiempo, ¿os habéis sentido siempre cómodos con la etiqueta trip hop?

Al principio no nos gustaba, pero ahora la encontramos simpática. Es un buen término general para englobar a muchas bandas muy diferentes, cuya única conexión real era el gusto por unos determinados ritmos. Nos las arreglamos para tocar blues, country, acid rock, jazz, soul, hip hop y electrónica, y todo el mundo todavía dice que hacemos trip hop, siempre que el tema tenga un ritmo chulo.

Hasta qué punto es premeditado ese plus de accesibilidad e inmediatez que siempre ha tenido vuestra música, en comparación con otros referentes con los que se os relacionaba?

Nunca intentamos ir de guays. Simplemente compusimos lo que sentíamos y no nos importó meter alguna que otra canción popera en nuestros álbumes. Creo que eso nos dio proyección a lo largo de los años. A la gente le gusta cantar de vez en cuando.

Uno de los rasgos distintivos de Morcheeba siempre fue el acercamiento a algunas sonoridades del country, el blues o la psicodelia. ¿De dónde surgieron esas influencias?

A Skye le encanta el country, a mí me gusta muchísimo el rock de finales de los 60 y mi hermano Paul era un fanático del hip hop, y la combinación de todo esto formó el sonido de Morcheeba. Preferí escuchar la colección de discos de mis padres en lugar de la radio cuando era un niño, y supongo que eso ha supuesto una constante a lo largo de los años.

¿A quién seguís como fans en la actualidad?

Me encantan Khruangbin, Feist, The Barr Brothers, Dinosaur Jr y otras bandas de guitarras, pero también Aphex Twin y cosas de música electrónica experimental.

¿Por qué publicáis vuestro nuevo álbum “Blaze Away” bajo el nombre de Morcheeba y no el de Skye | Ross, como hicísteis con vuestro anterior trabajo?

Queríamos hacer un disco de Morcheeba en esta ocasión. El álbum de Skye | Ross era más orgánico y suave.

Tu hermano dejó la banda en 2014. ¿Qué parte de su legado permanece y qué diferencias podemos encontrar en vuestro sonido y en el funcionamiento de Morcheeba hoy día?

Paul fue miembro fundador del grupo, fue quien le puso nombre y quien produjo nuestros primeros trabajos, por lo que siempre proyectará una larga sombra sobre la banda, incluso no formando parte ya de ella. Morcheeba realmente encontró su espacio en la época de “Big Calm” y no creo que nos hayamos alejado demasiado de lo que hicimos en ese álbum.

En “Blaze Away” contáis con uno de los referentes del rap británico, Roots Manuva. ¿Cómo surgió esa colaboración?

Le conocimos en un festival en Moscú, es buen tipo y vivimos cerca, en el sur de Londres. Le invité a tomar té y a meter algunas voces en el disco. Aportó una energía estupenda, tenemos mucha suerte de haber podido contar con él.

En vuestro proyecto de 2016 trabajásteis con miembros de vuestras familias. Vuestro batería en gira era el hijo de Skye, vuestro bajista su marido, y tu esposa hacía coros. Me fascina la integración de las dinámicas familiares con las de la banda. ¿Continúa esta situación con el nombre de Morcheeba recuperado? ¿Os facilita la vida en la carretera tener a vuestros seres queridos no ya a vuestro lado sino participando activamente de vuestro trabajo?

Sí, es bueno rodearte de la gente que quieres, especialmente en la carretera, ya que ahí afuera todo se vuelve bastante agotador. ¡También ayuda que sean músicos fantásticos! ¿Por qué ponerte a buscar cuando tienes una banda en casa?

¿Qué ofrece uno de vuestros conciertos en 2018?

Diversión, nos gusta la fiesta. Esperamos que el público aparezca con algunos tequilas entre pecho y espalda, con los zapatos de bailar puestos y listo para cantar. Tocamos una mezcla de clásicos de Morcheeba y nuevas canciones incluídas en “Blaze Away”. Incluso podríamos hacer alguna versión rara para ponerle salsa a la cosa.

 

Texto: Pepe Velasco

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