Encuentros

Dean Wareham & Cheval Sombre, canciones de cowboys y whisky de maíz

 

Dean Wareham (Galaxie 500, Luna, Dean & Britta) y Christopher Porpora (Cheval Sombre) se conocieron en una presentación en el Soho neoyorkino. Chris estaba grabando su primer álbum homónimo con Sonic Boom en Jersey City, y Nick Kramer, quien estaba al cargo de las sesiones, actuaba en una obra teatral, así que una noche dejaron el estudio para verlo. Poco después de ser presentados, Dean estaba ya poniendo algunas guitarras en aquel primer álbum. Desde entonces, han hecho bastantes conciertos en conjunto, y Dean y Britta han tocado en los dos primeros LPs de Cheval Sombre.

Fue en febrero de 2016 cuando Chris voló a Los Ángeles y pasaron cuatro días en el estudio de Jason Quever, Palmetto Recording, en el centro de la ciudad, grabando las pistas básicas (guitarras acústicas, batería y voces) para un primer proyecto en común. Sabían que tenían que conseguir que todas las canciones de Chris quedasen bien antes de que regresase a Nueva York, así que aprovecharon al límite aquellos días. Y aquí está el resultado, un disco de canciones western firmado a medias por ambos.

¿Estuvisteis los dos en el proyecto desde el principio? ¿O fue algo en lo que uno tuvo la idea principal y luego incorporó al otro?

– D: Siempre fue concebido como algo que haríamos juntos.

– C: Cuando te encuentras con una verdadera alma gemela en esta vida, con quien compartes un lenguaje y una visión, es importante perseguirlo y ver hacia dónde te lleva. Y nuestras conversaciones llevaron a este álbum. De esta manera, nuestras charlas se convirtieron en revelaciones.

¿Cuál fue el momento en que se os pasó por la cabeza hacer este álbum? ¿Hubo una canción especial, un disco, un libro…, algo que encendió la mecha?

– C: Dean me envió un video de “My Rifle, My Pony and Me” cuando hace años me sentí mal, para animarme. La verdad es que siempre hemos tenido conversaciones sobre ciertos tipos de música estadounidense. En mi primer álbum hice “I’ve Been All Around this World”, que tiene un cierto sentimiento y una historia, un tema sobre el que habíamos hablado en algún momento. Creo que ambos nos sentimos atraídos por una sensibilidad similar, y puede que cualquiera de nosotros sugiriese hacer un álbum de canciones de cowboys en algún momento. Ese tipo de conversación es peligrosa con personas como nosotros, porque hacemos lo que decimos que vamos a hacer. A partir de ahí, una lista, dos listas: las ideas de las canciones se intercambiaron durante algunos años y, luego, llegó el momento de ponerse con el disco.

Supongo que estuvisteis ambos involucrados de la misma manera, aunque no queda claro qué fue lo que hizo o aportó cada uno.

– D: Depende de la canción, pero en general Chris tocó la guitarra acústica y él llevó la voz principal en cinco canciones, y también puso su voz de fondo en la mayoría de mis tema. Yo toqué la guitarra eléctrica en todo, excepto en “Grand Canyon”, que es una versión de una canción de Magnetic Fields que pone fin al álbum y no lleva guitarra eléctrica.

– C: Ambos aparecimos con un puñado de canciones que nos hablaban a nivel individual. Nos juntamos en el estudio en Los Ángeles para tratar de ponerles las voces y las guitarras y ver adónde podrían ir. En mi caso, tuve que encontrar algunas melodías vocales que me ayudasen a tejer las canciones de Dean, lo que se convirtió en un desafío complejo. Supongo que me pasaría tarareando fragmentos la noche anterior en el hotel, con la esperanza de probarlas al día siguiente.

 Me imagino que la selección fue un proceso arduo pero gratificante.

– D: Tengo periodos en los que escucho mucho a Marty Robbins, y hace tiempo que he querido hacer “The Bend in the River”, así como “My Rifle My Pony & Me” tan pronto como la escuché, un tema que hicieron tanto Ricky Nelson como Dean Martin. “Mountains of the Moon” fue escrito por mi amigo Michael Holland, que estaba en la banda Jennyanykind (de Carolina del Norte); esta es la tercera vez que hago una de sus canciones.

– C: Una vez que comenzamos nuestras conversaciones sobre la posibilidad de hacer un álbum de canciones western, supongo que empecé a escuchar temas que podrían funcionar de alguna manera dentro de ese marco, así que seguramente iba tomando notas cada vez que una canción en particular me impactaba de forma que pudiese tener una lista siempre disponible en mi bolsillo.

 ¿Alguien os puso en la pista de alguna canción que no conocíais cuando empezasteis?

– D: Chris me dio a conocer a Blaze Foley, cantante del que no sabía nada en absoluto.

– Cs: “Mountains of the Moon” realmente me cogió por sorpresa. Qué hermosa canción. Encontrar una melodía vocal para ella fue un viaje gratificante.

 ¿Cómo os enfrentasteis a las versiones para hacerlas interesantes en vuestra interpretación?

– D: Nos mantuvimos alejados de la mayoría de los adornos de música country. No quería que este fuera un disco de ‘country alternativo’; es vagamente western pero no country.

– C: Cuando se trata de grabar, prefiero entrar y hacerlo sin pensar en lo que puede ser interesante o no. Prefiero que la canción me envuelva durante un período de tiempo y exhalar cuando llegue el momento, sin la interferencia de mi pensamiento o de conceptos de ningún tipo.

 La mayoría son de los años 60 y 70. No sé si era la idea o fue una coincidencia

– C: Es más una coincidencia, diría yo. Siempre existe la posibilidad de que cualquier canción de cualquier período pueda funcionar, así que no queríamos que los plazos limitasen las opciones.

– D: Dicen que la película Sillas de montar calientes (1974) mató al western, por lo que si buscas canciones de cowboys en el cine, estas serán seguramente un poco más antiguas.

Recuerdo “Wand’rin’ Star” de la película La leyenda de la ciudad sin nombre (1969), cantada por Lee Marvin, con su profunda voz. ¿Cómo llegasteis hasta ella y por qué quisisteis incluirla en el álbum?

– D: Un amigo, Roger, me llamó la atención sobre esta canción. La versión de Lee Marvin es hermosa; se puede escuchar en su voz lo nervioso que estaba (no era un cantante) pero su personalidad acaba manifestándose en su interpretación. La canción es probablemente más conocida en el Reino Unido, donde en realidad fue un número uno para Lee Marvin. Eran tiempos diferentes, cuando los actores podían hacer discos: Lee Marvin, Richard Harris, David Soul…

 ¿Cuántas canciones trabajasteis? Creo que “Santa Fe Trail” se editará en single. No sé si se descartó alguna más y cuál fue la razón, si es así.

– D: Había un par de canciones que no se llegaron a terminar. La que dices y “Lonesome Cowboy Bill” acabarán en un single.

– C: Lo bueno es tener siempre algún as escondido bajo la manga. Uno nunca sabe cómo va a tomar forma un grupo determinado de canciones. A veces son ellas las que muestran el camino a seguir, cómo encajan juntas, cómo logran un equilibrio orgánico.

 ¿Ayuda la experiencia o, por el contrario, puede ser algo así como un obstáculo, con lo que es mejor olvidar todo lo que uno ha aprendido para abordar este tipo de canciones?

– D: Lo bueno del estudio es el elemento sorpresa, alguien que toca algo que no esperas. Por supuesto, tienes que estar abierto a eso, aunque algunas personas tienen una idea muy rígida de lo que debería necesitar su canción y no dejan que nadie la cambie. Fue una agradable sorpresa cuando nosotros (Chris, yo, Jason, Britta) nos dispusimos en un círculo para cantar la voz de acompañamiento en “Wayfaring Stranger” y, de repente, sonó enorme en lugar de íntimo.

– C: La experiencia es útil. Cuando eres un cantante y un guitarrista, aprendes qué tipo de cosas necesitas llevar a una sesión para que funcione, para hacer bien tu trabajo, para que no detengas a los demás. El tiempo en el estudio es precioso, por lo que es mejor prepararse seriamente antes de atravesar esa puerta. Llegas a saber lo que se necesita para caminar, sentarte y cocinar. Uno nunca sabe lo que sucederá en un estudio, lo cual es emocionante, por lo que se pone en forma de antemano para poder disfrutar del paseo, a menudo salvaje. Jason tocó una percusión inesperada en “Tomorrow Is a Long Time” y simplemente me impactó. Era la sensación perfecta, justo la sensibilidad correcta. Lo mismo me ocurrió con su piano cuando tocó en “Grand Canyon”: parecía hacerlo sin esfuerzo, pero era perfecto. Súmale el sonido profundo y rico de Britta y la mágica guitarra eléctrica de Dean y, si has hecho bien tu trabajo, puedes sentarse y ver toda esta belleza desplegarse, disfrutándola profundamente.

¿Necesitaban las canciones tener un ambiente especial o se intentó conseguir esa atmósfera al arreglarlas y grabarlas para que tuviesen una unidad en el disco?

– D: La atmósfera viene de estar en la misma habitación cómoda junto con el mismo grupo de músicos y amigos. Y, tal vez, del bourbon que Chris sirvió.

– C: ¿Qué teníamos allí? Traje un poco de incienso. Además, encontré un whisky de maíz Hudson Valley realmente bueno de camino al estudio, curiosamente en Little Tokyo, de entre todos los lugares en los que me alojé. Así que supongo que me llevé un poco de casa al estudio, para mantenerme con los pies en la tierra y para compartir con mis amigos. El factor unificador en el sonido es difícil de articular: es una sinfonía que se compone de todos estos hermosos elementos, pero en su esencia está el hecho de que todos estamos de alguna manera asombrados con la música en sí, y al final el sonido nos muestra rindiéndonos a todo ello.

El álbum despliega un sonido cinematográfico y algunas de las canciones aparecieron antes en películas. ¿Os gustaría escuchar alguna de vuestras versiones en un film o preferiríais escribir una banda sonora si os ofrecieran ambas posibilidades?

– D: ¡Es más fácil si simplemente cogen las canciones y las usan! Dicho esto, me encantaría componer música para un western, parece más estimulante que hacerlo para comedias románticas porque hay una paleta ya fijada de sonidos e instrumentos que han funcionado bien en el tiempo.

– C: Yo elegiría ambas opciones: estas canciones funcionarían bien en todo tipo de películas y, aunque sería mucho trabajo y algo diferente, creo que Dean y yo haríamos un buen cometido escribiendo una banda sonora para algo que nos convenciera.

La voz de Chris es realmente única, le da a las canciones una calidad especial, una dimensión diferente. ¿Había un enfoque diferente en esta ocasión?

– D: Chris tiene una voz especial, sin duda. Me sorprendió que pudiera grabar sus pistas vocales y, luego, grabar de inmediato una voz doblándola, sabiendo la ubicación exacta de cada sílaba. Eso me indica que sabía exactamente lo que estaba haciendo.

Lo llamáis ‘western dream-pop’. Britta me dijo en su día que estabais grabando un álbum de “cowboy espacial”.

– D: Espacioso, western, soñador, cowboy, todas son palabras perfectamente aplicables aquí.

– C: Confieso que las palabras me parecen demasiado limitantes, por lo que es difícil decirlo. Es, como dicen, lo que es. Le puse el disco a mi madre y ella no creía que sonase a western, aunque le gustó, lo que fue una sorpresa para mí.

¿Cuáles serían aquellos discos que podrían colocarse al lado de este a vuestro parecer? ¿Serían los de artistas como Giant Sand, Calexico o Richmond Fontaine los más cercanos al espíritu de este álbum?

– D: Alguien me dijo que escuchara Blue Mountain, el álbum de canciones de cowboys recientemente lanzado por Bob Weir de Grateful Dead. Es bastante bueno pero me gusta más el nuestro. Realmente no estoy tan familiarizado con las bandas que citas, aunque sé quiénes son. Me gusta lo que hizo Hope Sandoval con la canción “Butterfly Mornings”, que es del western de Sam Peckinpah La balada de Cable Hogue.

– C: Creo que se parece a cualquier álbum que tenga éxito como resultado de una visión sinceramente compartida, de algún tipo de colaboración hermosa, sin importar cuál sea el género. Este disco es el sonido de un espacio compartido gentilmente. Resultó bien, y fue reconfortante saber que se podía lograr tal cosa. Hablando de The Grateful Dead, siempre creí que eso lo hacían muy bien.

Hasta donde sé, este álbum fue grabado antes que el último disco de Luna, que se editó después.

– D: No puedes publicar demasiadas cosas a la vez o la gente se confunde. Y los chicos de Luna querían hacer una gira, así que nos pareció que deberíamos editar su disco primero.

Vaya coincidencia que este sea también un álbum de versiones como el reciente disco de Luna, A Sentimental Education.

– D: Bob Dylan dijo recientemente que no hay razón alguna para que alguien componga una canción nueva porque todas han sido escritas ya. Volveré a componer, pero he disfrutado haciendo versiones, y es más fácil, por supuesto.

¿Ha cambiado vuestro impulso creativo después de estos años tocando con diferentes músicos y en diferentes proyectos?

– D: Tengo una agenda diferente ahora. Luna firmó en su día un contrato a largo plazo en el que había un incentivo financiero para hacer rápidamente los siguientes discos. Ahora siento que hago un disco cuando estoy listo, lo que probablemente sea una mejor idea.

Dean, has hecho un álbum en solitario, luego una banda sonora, más tarde el disco de versiones de Luna y ahora este disco. Parece que tu próximo proyecto te puede llevar a cualquier parte.

– D: Pues estoy pensando en grabar un álbum completo cantado en alemán, me gusta el sonido de ese idioma.

 

Texto: Xavier Valiño

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