Gran transformación la que ha llevado a cabo uno de nuestros mejores cantautores para su M. No sé si es por el título con la inicial de su nombre, al ser su disco más personal y contracorriente, pero me ha recordado a algunas de las reformulaciones del señor E como Eels. También el riesgo, dentro de cauces pop-rock, nos llevan a Ron Sexsmith o Josh Rouse, músicos más cercanos a su generación.
Eso no quiere decir que en muchos buenos temas no sigan pululando los nombres de los mejores y mayores clásicos, Dylan, Young o Cohen. También sigue la presencia en textos y tonos de cantautores en la lengua de Cervantes como Quique González, Aute, Antonio Vega o los “Luises”, Ramiro y Gago. Los dos inicios de cada cara son realmente espectaculares y emocionantes.
Ambos se acercan a los 6 minutos pero te dejan con ganas de más. «Adiós» parece sacada de una noche beoda al estilo del Tonight’s The Night. Momentos tenebrosos junto a una preciosa pedal steel y un piano y una armónica también muy Neil. Además la slide de Joaquín Talismán y la eléctrica de Fernando Rubio. En «Un Poco De Tranquilidad» se repite la fórmula de pedal steel y armónica con idénticos y, ahora, más apacibles resultados.
Pero luego está la experimentación en guitarras de «Para No Volver» o el Hammond de «Esta Vez». Y siempre están esas historias que le salen de lo más profundo y que te enganchan por su franqueza y cercanía.
Texto: Txema Mañeru
