Dave Wyndorf es Monster Magnet. Y Monster Magnet es Dave Wyndorf. Por muchos cambios de formación que presente, el grupo de New Jersey es el brazo ejecutor del poderío de su líder, que está viviendo una segunda juventud con el último trabajo “Mindfucker”. El pasado 23 de marzo veía la luz un disco que dejaba de lado la psicodelia espacial marca de la casa para enarbolar la bandera del alto voltaje y que mostraba a la banda en un estado de forma apabullante y lo que es más clarificador, con rabia y ganas de ocupar un lugar que en otros años se discutió por los períodos de crisis de Wyndorf.
Abrieron la velada los locales Arenna con un stoner de manual, ofreciendo unos desarrollos instrumentales muy largos acompañados de momentos de contundencia en un sube y baja que dependía mucho del trabajo de su vocalista, que tiró de megáfono emulando al Mike Patton de Faith No More. La base rítmica, muy contundente y conjuntada lo mejor de Arenna. A estos les siguió la banda mexicana-holandesa ¡Pendejo!.Vocalista cantando en castellano (mexicanizado) y mezclando vientos con una dosis de Rock poderoso e incluso en ocasiones bordeando el Sludge más hipnótico, ofrecieron un concierto sorprendente, sobresaliente en actitud y con un sonido poderoso.
Ver una trompeta y un trombón acompañando al cásico guitarra-bajo-batería siempre da que sospechar pero en esta ocasión la mezcla resultó atractiva y enriquecedora, quizás porque mandaba la contundencia eléctrica y los vientos ejercieron de contrapunto para dar un toque realmente diferente a su propuesta. Temas como “Verano del 96”, “Arrecho vengo”, el inicial y poderoso “Flotadores” (que provocó tales vibraciones sónicas que mataría libélulas en pleno vuelo, menudo comienzo) dejaron claro que estos holandeses son una apuesta seria.
“Amor y pereza”, una oda a no levantarse de la cama ni bajo la tentación de una fiesta sexual fue el mejor tema de los pendejos, que dejaron a la audiencia contenta y preparada para lo que les venía encima. Porque si hablamos de actitud nos ponemos firmes ante el señor Wyndorf. Físicamente como en sus mejores tiempos salió a matar desde que pisó las tablas con la clásica “Dopes to Infinity”, la única canción puramente psicodélica de la noche. Monster Magnet repitió íntegramente el set list de los conciertos de Londres, Colonia y Saarbrücken, con doce temas en casi ochenta minutos de concierto. De estos sonaron cinco nuevos. “Rocket Freak”, “Soul”, “Mindfucker”, “When the hammer comes down” y “Ejection” destacaron sobremanera y Wyndorf no dejó de lado varios de sus clásicos.
“Negasonic Teenage Warhead” (Deadpool en nuestras mentes… Y menos mal que no nos sorprendió con “Ego, the living planet”, que entonces sí que estaríamos hablando de puro y duro Rock de Guardianes espaciales) introducida con un toque psicodélico por el propio vocalista, y sobre todo un “Space Lord” de más de diez minutos que mantuvo en trance a todo el público (seguramente el momento cumbre de todo el concierto) con toda la sala entregada al famoso mantra de “Space Lord Motherfucker”. Monster Magnet en esencia pura. El otro himno “Powertrip” sirvió para cerrar su actuación, aunque quedaba en cartera un posible “Spine of God” que decidieron no acometer. Un volumen tremendamente alto acompañado de reverb no agradó a cierta parte del público (los menos) pero es que hablamos de Monster Magnet, nos subimos a su nave o no. Y el consejo es claro, seamos “Space Lords” siempre.
Texto: Michel Goiri
Foto: Dena Flows