Encuentros

Kitty, Daisy & Lewis, traen rock’n’roll exótico y madurado

La semana que viene les tendremos de nuevo por nuestras salas, presentando su cuarto álbum, «Superscope». La familia Durham ha mantenido el tipo y ha logrado alcanzar una posición de referencia sin atender a las críticas. Desde siempre han marcado su camino, han hecho lo que han querido sin importarles meter un poco de reggae aquí o unas trompetas allá. Su enorme personalidad les define.  Recuperamos esta entevista que les hicimos cuando publicaron «The Third» donde nos hablan de sus inquietudes, su colaboración con Mick Jones de The Clash, las etiquetas, etc. La semana que viene se podrá comprobar su actual estado el 12/05 en la sala Bikini de Barcelona y el 13/05 en la Joy Eslava de Madrid.

En 2008 acapararon toda la atención de los medios por ser los tres jovencísimos hermanitos que hacían rockabilly y se vestían en plan retro. Quizás entonces muchos pensaron que no era más que un boom, una buena campaña de marketing. Nada más lejos de la realidad. La fama a tan temprana edad les ha hecho madurar rápido y tienen muy claro qué es lo que quieren como músicos.

Tras tres años de silencio discográfico, Kitty Daisy and Lewis publican The Third, su tercer disco. Además de componer y dar conciertos, han invertido gran parte de su tiempo en construir un estudio de grabación para poder conseguir el sonido exacto que ellos quieren y controlar esta parte del proceso al máximo.

Hablo con Lewis Durham cuando falta poco más de un mes para el lanzamiento del disco. Se encuentra más que satisfecho con el resultado y, aunque es hombre de pocas palabras, no puede disimular su entusiasmo cuando le pregunto por su estudio nuevo y por la notable evolución de la banda.

Han pasado tres años desde vuestro anterior disco. ¿Qué habéis estado haciendo?

Aunque tres años parezca mucho tiempo, lo cierto es que no hemos parado. Tras editar Smoking in Heaven, hicimos una extensa gira por todo el mundo. Después de aquello, empezamos a escribir nuevos temas y a pasar tiempo en el estudio de grabación.

Vuestro primer single <<Baby Bye Bye>> me recuerda mucho a la música de Tommy McCook. ¿Es una influencia para vosotros?

Por supuesto, somos muy fans de su música. En general, nos encanta el rocksteady. De hecho, <<Baby Bye Bye>> tiene una melodía muy rocksteady, aunque también tiene algo de hip hop. La música jamaicana siempre ha estado presente en nuestra música. En el caso de este disco, también tenemos algún ska como <<Turkish Delight>>. En general, la música negra es una fuerte influencia para nosotros. Y no me refiero sólo a la música de los 50, también escuchamos mucho hip-hop. Puede que su influencia no sea tan evidente en el disco como la de la música jamaicana pero ahí está.

Toda vuestra música está muy influenciada por la música de los años 20 hasta los 70 pero ¿cuál creéis que es vuestra aportación a la música? ¿Consideras que tenéis un sonido propio?

Aunque tengamos muchas influencias, tenemos un sonido propio, porque actualmente no hay nadie que suene como nosotros. Y es por eso que invertimos mucho tiempo en el estudio de grabación hasta que conseguimos que las cosas suenen tal y como nosotros queremos.

¿Es por eso que habéis construido vuestro propio estudio?

Sí, teníamos muy claro el sonido que queríamos y lo que necesitábamos para conseguirlo. Hasta ahora grabábamos en el estudio de nuestro padre (The Exchange Mastering Studios), quién nos ha ayudado desde el comienzo de nuestra carrera. Aunque allí nos sentíamos muy cómodos, hemos querido dar un paso más y construir el nuestro propio. Encontramos un local en Camden Town que había sido un restaurante de comida india en su momento, lo hemos acondicionado y hemos comprado equipamiento nuevo ¡100% analógico, por supuesto!

Justo escribiste un artículo para la versión inglesa del Huffington Post sobre la falta de personalidad de los estudios de grabación de hoy en día. ¿Hasta que punto es importante para ti esa parte del proceso?

Es muy importante porque el resultado final depende de ello. Por muy buenos temas que hayas compuesto, pueden sonar muy distintos dependiendo en la manera en la que grabes. Por algún motivo, parece que ya no se le da tanta importancia a esto y muchas bandas acaban sonando igual. Supongo que se debe a que es un trabajo que requiere mucho tiempo. Creo que las bandas actuales de hip-hop son las que se están tomando más molestias en este sentido y es lo que más me atrae de ellas. Nosotros queríamos tener total libertad en el estudio, poder trabajar a nuestra manera y hacer las cosas nosotros mismos. De esta forma disfrutamos muchísimo más grabando y componiendo. Nos sentimos más cómodos.

El disco ha sido producido por Mick Jones de The Clash y también participa en la canción <<Feeling of Wonder>>. ¿Cómo surgió esta colaboración?

Mick Jones era un amigo de la familia, y ahora incluso más que eso. A él le gustaba nuestra música desde que empezamos y pensamos que sería una buena idea que fuera e productor de The Third porque conoce nuestra música, sabe lo que nos gusta y cómo tocamos. Ha sido una gran experiencia y no podemos estar más contentos con el resultado. Es una persona con la que es muy fácil trabajar y el ambiente de trabajo en el estudio ha sido muy familiar. Además de producir, también ha tocado la guitarra en varios temas. La verdad es que nos lo hemos pasado en grande.

¿Vais a contar con él en los conciertos?

Aún es pronto para decirlo, pero creo que eso va a ser complicado. Quizás en algún concierto en Londres. Con quien seguro que vamos a contar es con el trompetista Eddie “Tan Tan” Thornton. Él ya colaboró en nuestro anterior disco Smoking in Heaven junto con el trombonista Rico Rodriguez. Fue increíble poder contar con dos auténticos Alpha Boys. Aprendimos muchísimo de ellos y de su manera de entender el ska y la música jamaicana.

¿Tenéis ganas de volver a los escenarios?

Muchísimas. Acabamos de grabar el disco en verano y desde entonces hemos estado liados con el artwork del álbum, grabando el videoclip del single, haciendo llamadas…. No hay nada que nos apetezca más ahora mismo que subirnos a un escenario y tocar.

¿Estás harto de que se os etiquete como los tres hermanos jóvenes que hacen rockabilly?

Reconozco que a veces puede llegar a ser muy molesto. Empezamos siendo muy muy jóvenes, pero hace ya una década de eso. Ya ahora tengo 24 años, y los tres hemos crecido y hemos vivido muchas cosas desde entonces. De todas maneras, eso nos ayudó a captar la atención mediática y es lo que nos permite vivir de la música, que es lo que nos hace felices. No nos podemos quejar.

¿Intentáis reflejar todas esas experiencias vividas en vuestras canciones?

Claro. Las letras de este disco son una mezcla de todas estas vivencias. Hablamos sobre lo qué significa para nosotros hacerse mayor, los sentimientos que eso implica…¡y por supuesto hay muchas canciones de amor! Por otro lado, hay canciones como <<Developers Disease>> en la que hablamos sobre los especuladores inmobiliarios en Londres. A este nivel, el disco resulta muy variado pero creo que también se nota mucho nuestra madurez como compositores.

 ¿Quiénes son los Alpha Boys?

En 1880, la congregación de monjas católicas Sisters of Mercy fundaron en las afueras de Kingston una escuela hogar para los niños con menos recursos de la zona: la Alpha Boys School. Quién les iba a decir a aquellas monjas que, un siglo más tarde, se hablaría de su proyecto en todo el mundo. Entre los muchos talleres que allí se impartían, destacó especialmente el de música. Así, en 1892 nació la primera Brass Band de la escuela y, con ella, una infinita cantera de músicos jamaicanos que consiguieron traspasar las fronteras de la isla ¿o es que acaso hay alguien a quien no les suenen los Skatalites? Entre muchos otros, formaron parte de esta banda el trombonista Rico Rodriguez, el trompetista Eddie Thornton — a día de hoy colaboradores de Kitty, Daisy and Lewis — y Leslie Thompson, que se convirtió en el primer director de raza negra de la Orquesta Sinfónica de Londres. Además de infinidad de músicos de viento, también pasaron por la escuela cantantes de la talla de Ken Boothe, Owen Wilson o Desmond Dekker.

La música que salió de allí — jazz jamaicano, ska y rocksteady — acabaría siendo una fuerte influencia para músicos de todo el mundo tras la llegada de inmigrantes jamaicanos a Londres a finales de los años 60.

En abril de 2014, se anunció el cierre de la escuela hogar por no disponer de los recursos económicos suficientes, aunque aseguraron que continuarían con su labor educativa. Gracias a una campaña de crowfunding en la que el festival Rototom Sunsplash participó activamente, la Alpha Boys School cuenta a día de hoy con un estudio de radio y grabación con el que poder continuar con su programa de formación musical.

 

Texto: Isabel Val

Fotos: Dean Chalkley

 

 

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