Los dos anteriores lanzamientos del cuarteto de Austin ya vaticinaban cambios. Tanto High Country (2015) como su sucesor, el acústico Low Country (2016), abrían las puertas a otros dominios más allá de destripar riffs como si no hubiera un mañana y anunciaban que algo se estaba moviendo en el seno creativo de la banda. No sé si a sus seguidores más radicales les satisfará la dirección que han decidido tomar, pero lo que está claro es que les ha sentado de maravilla y que los libera de ataduras de cara al futuro. Mantienen su identidad a la hora de triturar las guitarras y cabalgar sobre ritmos aplastantes, eso no hay duda, pero las contribuciones progresivas y los apuntes psicodélicos y espaciales presentes en algunos temas, «Nocturne», «Come and Gone», «Black Mountain», así como un mayor esmero por atender las melodías vocales y levantar el pie del acelerador cuando el tema lo demanda dan como resultado temas de enganche instantáneo, «Sea of Green» sería el ejemplo perfecto de ese matrimonio, que rubrican un excelente álbum de rock pesado. Used Future prueba la eficacia de un género de añejo abolengo que gracias a bandas como The Sword, que dan lustre contemporáneo y aires reconstituyentes, llega al siglo XXI con excelente salud.
MANEL CELEIRO
