Con Dropkick sucede como con esas cosas/personas que de tan cercanas y habituales como las sentimos no les otorgamos la importancia que verdaderamente tienen. El conjunto escocés suma con el actual quince discos editados —sin contar EPs ni manifestaciones en solitario— y siempre bajo una ágil periodicidad. Quizás eso influya en la normalización con la que se aceptan sus altos resultados, algo injusto y que es necesario resaltar precisamente ahora, cuando su nueva referencia se instala en un nivel sobresaliente. Ajenos a estas disquisiciones, el grupo sigue practicando ese noble arte adquirido de referentes como The Jayhawks o Teenage Fanclub a la hora de jugar con el power-pop y/o rock americano más luminoso y delicado. En ese sentido dejarán nuevas muestras como «It’s Still Raining» o «Come Around» de su inagotable pericia en dicho ámbito. Con capacidad también para decidirse por ritmos más cercanos al folk-country («Blue Skies») e incluso construir unos más ruidosos y densos («Giving Way»), emergen sin embargo majestuosos entre bellísimas baladas («Faraway Places», «See You There») para recordarnos su entrañable y emocionante concepción de la música.
KEPA ARBIZU