No hay más que mirar los carteles de festivales del próximo verano para darse cuenta que los noventas están de vuelta, muy vigentes y de moda.Quizás sea simplemente porque a falta de nombres en la actualidad con una gran capacidad de convocatoria, esta es la única manera de convencer a un sector de público para vender tickets.
Y Goat Girl huelen a ese periodo, pero trasladado a los tiempos que corren ahora. Con la etiqueta de alternativas, indies o barnizado por el matiz que cada uno quiera representar, estas cuatro mozas de Londres se han agarrado como primera invitación a una fórmula infalible; la polémica como salvavidas. No tanto por cómo suenan como por lo que dicen, cuando cantan sacan culebras por la boca.
Ellas se presentaron hace unos meses con un single que ahora se cotiza a precio de oro, con dos canciones y sus respectivos videos (“Country sleaze” y “Scum”) en que el propósito es provocar, incomodar. No lo hacen al estilo de Savages, pero casi. Si aquellas iban directas al objetivo, Goat Girl le dan más vueltas, funden más el cobre. Para su debut, un total de diecinueve cortes con la facultad de que a pesar del largo número, el disco va que vuela, las canciones van unidas con pegamento y, a pesar de la precocidad, parece que tienen claro el concepto, la meta.
Texto: Toni Castarnado
Foto: Charlotte Patmore