Nos encontramos ante el nuevo trabajo de una de las bandas con menos prejuicios de la escena valenciana. De hecho en sus perfiles en las redes sociales se puede leer que es “una banda poderosa, mediterránea, bizarra, surfera, un poco zíngara…A medio camino entre una banda sonora deTarantino, el‘savoir faire’de Goran Bregovic, el sonido charlestón y una farra privada de Django Reinhardt”. Y más allá del toque promocional que tienen todas las autodefiniciones, la cosa va bastante por ahí. Además son valientes, y han hecho de esa capacidad de poder afrontar cualquier cosa que se les pase por la cabeza, ya sea una versión de Carusso, de James Taylor o del tema infantil «Vamos A Contar Mentiras», en algo propio una de sus señas de identidad.
Se lee en las notas del fantástico libreto que acompaña al disco, ilustrado por Juan Guadalupe Posada, que “como toda obra colectiva y anónima, los corridos son sujetos a mutaciones”. No lo dice un cualquiera, sino alguien que sabe de qué va el tema, Óscar Montes, director del festival mexicano Hay Festival. Y eso es lo que hacen aquí Carol García (convertida para la ocasión en Carol Mendoza) y sus compadres. Marcarse 14 temas tradicionales mexicanos, renovándolos, cambiándoles parte de la letra, modificando acordes de sitio pero siempre, eso sí, con un respeto abrumador. Canciones tan conocidas como «Adelita» convertida en «Adiós Adelino» o «Juan Charrasqueado» que aquí recibe el título de una parte de su letra, «El Corrido Mentado». Y les sale la mar de chingón, güey.
Eduardo Izquierdo