Se vio recrecida la habitual incertidumbre que nos acompaña cada vez que nos visita un grupo tan veterano, cuando el Don King del rock and roll granadino, Tony Anguiano, tomó el micrófono para anunciar que las cuerdas vocales de Phil May no estaban en perfecto estado, a pesar de lo cual se iba a celebrar la velada. Así, con las maracas en una mano y el ventolín en la otra, May dio inicio al fogoso recital con el clásico “Big Boss Man” de Jimmy Reed, que adelantó la tónica de la noche: muchas versiones de clásicos del blues y escasa presencia de material propio. Tan escasa como ninguna mención a un disco tan emblemático como “Parachute”, solo tres temas del no menos clásico “S. F. Sorrow”, afortunadamente entre ellas la icónica “She Said Good Morning”.
Liderados musicalmente por la versátil y muy efectiva guitarra de Dick Taylor, que a pesar de su achacoso aspecto estuvo siempre brillante, la banda mostró su reverencial devoción por el santoral negro, bien en clave acústica con Taylor luciéndose con la slide sacando punta a Robert Johnson, o con los más rítmicos de su reconocido patrón Bo Didley, del que recuperaron “Mona”, “Mama Keep Your Big Mouth Shut” y casi al final de la noche una mutada versión del “You Can´t Judge A Book By The Cover”.
La gente se lo pasó más que bien, hubo generosa entrega por parte de la banda, aunque algunos hubiésemos preferido diferente balance entre apropiaciones y su (brillante) material propio.
Texto: Manuel Borrero
Foto: Eva Fraile