No podía haber mejor elección que poner a los vascos cerrando la jornada grande del festival de blues de Cerdanyola. Su saber estar, la magia y la conexión que tienen con el público, su versatilidad y el enorme sentido del espectáculo que poseen (algo no muy común por estos lares) garantizan satisfacción total. Se presentaron con la formación de lujo, al completo, dando otra soberbia lección de blues contemporáneo y poniendo sobre el tapete todas las virtudes que les han llevado a ser una de las más solicitadas bandas del género en la actualidad.
Tocan todos los palos de la música del diablo y todos a la perfección. Dominan el tradicionalismo, no le hacen ascos al funk, pasean por las calles de Nueva Orleans invitando al baile («Frenchmen Street»), predican góspel (magnifica la interpretación de «The Best is yet to Come»), se ponen intimistas («Lost & Found») para luego golpear exuberantes con al magnifica «Love, Joy & Hapiness» y cerrar el concierto fundiéndose entre el público, convertidos en una jug band, con cientos de voces entonando el clásico espiritual «Down by the Riverside».
Complicado describir la experiencia Travellin’ Brothers con palabras. Si se te ponen a tiro no los dejes escapar. A la altura de los mejores.
Manel Celeiro
Foto: Antonia Robles