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The Steepwater Band, Rocksound, Barcelona

Tras haber vivido sus mayores épocas de gloria a nivel popular en los sesenta y los setenta, protagonizando además muchos de los momentos de esplendor creativo durante esas décadas, el blues rock entendido en su vertiente más clásica es ahora un género prácticamente residual que sobrevive en el circuito frecuentado por los núcleos duros de aficionados al género. Salvo excepciones puntuales, Gov’t Mule, North Mississippi Allstars o Joe Bonamassa por poner ejemplos de sobras conocidos, la mayoría de las bandas tienen  que conformarse con las giras de clubes y sudar la camiseta a fondo, es decir, actuando sin parar, para seguir adelante. Claro, me dirán ustedes, como muchos otros géneros, en efecto, así está el panorama en la actualidad. Y es una lástima cuando se tienen bandas en activo de tanta calidad como el cuarteto de Chicago.

Viejos conocidos de la parroquia nacional afín al estilo desde que debutaron en el Azkena 2005 cerraban su último periplo europeo con dos noches consecutivas en la sala de Poble Nou, finiquitadas ambas con el cartel de No hay Localidades colgando en la entrada del local. Y no, no me he vuelto loco al decir lo de género residual al principio del texto, para aquellos que no conozcan Rocksound decirles que es un club de pequeño aforo y que muchos de los asistentes repetían ambas veladas.

Pero bueno, a lo que vamos, la banda está pletórica. La incorporación de Eric Saylors como segundo guitarrista, con ellos desde 2012, les ha dado un plus extra en todos los sentidos. Tanto en su puesta en escena como en posibilidades de composición. Y esto último se notó en su, muy buen, último álbum, Shake Your Faith (2016). En total estuvieron sobre el escenario más de cinco horas (dos y media el viernes y dos horas y cuarenta cinco minutos el sábado) tocando repertorios absolutamente diferentes con una ejecución técnica impecable y una entrega encomiable que consiguió conectar con el público creando sintonía total entre músicos y audiencia.

Demostraron que son bastante más que fieles portadores de la antorcha del blues rock otorgando a sus canciones aromas country, el espíritu del más puro rock norteamericano, la escena jam band, aprecio por las raíces e incluso coquetear con estribillos  claramente deudores del pop, caso de la pegadiza «The Stars Looo Good Tonight». No faltó ninguno de los temas claves de su discografía, «Silver Lining», «Shake Your Faith», «Indiana Line», «High & Humble», «Mama Got to Ramble», «Grace & Melody», «Come On Down»,  y manifestaron su habilidad para adaptar canciones de otros, John Lee Hooker, Led Zeppelin, Tom Petty, Stones, Neil Young & Crazy Horse o Robert Johnson, interpretándolas con la emoción y la ilusión que brilla en los ojos del fan. De quien paga orgulloso las deudas con quienes le hicieron seguir este camino.

The Steepwater Band son una grupo mayúsculo que ha tenido la mala suerte de nacer fuera de tiempo y nosotros la buena suerte de poder ser contemporáneos suyos y poder disfrutar de sus grabaciones y de sus conciertos. No hay más que darse una vuelta por las redes sociales y ver los comentarios de los asistentes para percibir el entusiasmo que dejaron en estos dos últimos recitales y, en general, en todos los que pagaron la entrada para asistir a alguna de sus paradas por las salas de la piel de toro.

Manel Celeiro

Foto: Sergi Fornols

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