El segundo disco del ex Whybirds Luke Tuchscherer consigue causarnos una mejor impresión de la que ya lo hacía su disco de debut. Y eso que ya era aquel un magnífico trabajo, pero este es aún mejor. Grabado en Bury St. Edmunds, en Suffolk, demuestra que canciones registradas en Reino Unido puede sonar tan americanas como aquellas que se trabajan al otro lado del océano.
Luke vuelve a apostar por buenas melodías, letras básicamente tristes y un sonido bastante cristalino en las diez canciones del álbum. Dando protagonismo a su guitarra acústica acústica y su voz para dejar que Tom Peters, que por cierto produce y mezcla el disco, aporte su trabajo en la percusión y la batería, liberándolo de ese trabajo. Sin olvidar el trabajo de BJ Cole al dobro. Rock americano sencillo y sin pretensiones, eso es Always Be True, y nos encanta. «Waiting For My Day To Come» es un claro ejemplo de ello. Una buena canción con la que es fácil identificarse ante eso bueno que está a punto de llegar, pero nunca acaba de hacerlo. A pesar de ello, no estamos ante un disco triste sino ante uno más bien optimista en el que las dudas acaban generando esperanza. Trabajado con maestría en la instrumentación, y si no vean la guitarra de «When The Dream Dies» o el piano de una «Love Don’t Come Easy» que recuerda irremisiblemente a The Jayhawks. Tuchscherer canta bien. Sin aspavientos, perr con el suficiente aplomo para transmitir lo necesario. Parece que los Whybirds se fueron para siempre, pero, con herencias como esta, no hay por qué llorar su ausencia.
Eduardo Izquierdo