‘’Cada vez que alguien me pregunta quiénes son mis compositores favoritos, digo Mozart, Lightnin’ Hopkins, Bob Dylan y David Olney’’. Townes Van Zandt no se equivocaba. David Olney está por encima de la media. Haga lo que haga, lidere una banda o se desdoble en folksinger, siempre es sinónimo de calidad. En cuarenta años de carrera, no ha sacado un disco malo y este Don’t Try to Fight It no ensucia su currículum. Más bien lo contrario. Lo agranda. Grabado en Carleton Place, Ottawa, con un combo de jóvenes y hambrientos músicos canadienses, nos devuelve al Olney más roquero, ese que en los ochenta pateó el culo de Nashville con los incendiarios X-Rays y que en los noventa grabó con Rick Danko y Garth Hudson. Aquí hay blues-rock afilado, boogie inteligente, folk de la frontera, country literario y un puñado de canciones inclasificables que rehúyen los lugares comunes. «If They Ever Let Me Out» se abre camino entre guitarras afiladas y ritmos sincopados. «Ferris Wheel» aloja un estribillo de aires griegos. «Crack in the Wall» combina Shakespeare y blues de carretera. Y «Ferris Wheel» demuestra que este ‘’storyteller’’ originario de Providence, Rhode Island, todavía, puede, a sus 69 años, escribir la balada más tierna del mundo.
JORDI PUJOL NADAL