Todavía recuerdo la cara de Johnny Casino cuando hace años le pregunté si New Clothes, Old Shoes es el disco que Bruce Springsteen lleva años intentando grabar y no le sale. Con flema anglosajona evadió la respuesta. Obviamente la pregunta y la comparación le habían desbordado, pero esta es la eterna e injusta historia del rock’n’roll: la cantidad de extraordinaria buena música que se mueve por niveles inferiores y condenada a no subir varios peldaños. Impertérrito e inasequible al desaliento, sigue grabando discos con una calidad fuera de lo normal para un músico que lleva en activo desde 1990. Su nuevo trabajo, Time And Time Again —publicado por Folc Records, disponible en Bandcamp y reseñado en Ruta 347— es otra estupenda obra que demuestra que estamos ante un artista dotado con la varita mágica de la genialidad. Johnny sigue evolucionando para ofrecer música cada vez más trabajada pero siempre estructurada con lo que sabe que funciona: riffs que se pegan, estribillos que te levantan. En marzo estuvo de gira por Europa y en abril y mayo por España, finalizando en los festivales GetMAD! (Madrid) y Heroika (Valencia). Por fin ha tenido un hueco para atendernos.
– El último álbum, I Am Who I Am, Not Who You Want Me To Be, fue publicado en 2009. ¿Por qué tanto tiempo?
Escribí los dos primeros álbumes de Johnny Casino & The Secrets seguidos y muy rápido. Pasé mucho tiempo en los estudios y pensé que era necesario ir más despacio. ¡Ocho años es mucho tiempo! Prefiero grabar música cuando estoy mentalizado y preparado, en vez de reservar una semana en cualquier momento y grabar y mezclar lo que sea. Es mejor explorar cada canción, probar diferentes ideas y sonidos con diferentes músicos. Esto lleva tiempo. Pero durante este tiempo también grabé el álbum como The Lord Street Sound y comencé una nueva banda llamada Carrie Phillis & The Downtown 3. Carrie y yo escribimos muchas canciones pero solo grabamos un single y un EP. También grabé los dos discos en directo Live On 3PBS y Live at the Hanging Tree, este último en cinco horas y luego volver otro día para mezclar. También he grabado Time And Time Again y otro álbum en Perth que permanece inédito con Warren Hall (Datura 4, The Volcanics) y Martyn P. Casey (The Triffids, The Bad Seeds). Ah, me he mudado a vivir a España, a Denia. Así que he estado bastante ocupado (risas).
– Los créditos de Time And Time Again indican una elaboración complicada: muchas ciudades, estudios, músicos…
Fue grabado en cuatro ciudades de tres países diferentes y mezclado en Londres y Els Poblets.
Su andadura comenzó hace cinco años cuando le pedí a mi amigo Warren Hall que volase desde Perth a Sídney para tocar la batería en unas canciones. En un fin de semana hicimos las bases de «Shutdown Breakdown» y «Time And Time Again». Luego volé a Melbourne y con Chris Wilson y Michael Evans hicimos las de «You Still Got Nothing To Say», «This Christmas Time», «Open Your Arms» y «Tears In A Town She Calls Home». Luego en España, con Aitor, Julián e Isidro, «La Vila Nova» y «No Direction Home». Posteriormente trabajé todas y añadí diferentes instrumentos. Mi idea era construir el ritmo a partir de una capa de pianos Rhodes, Wurlitzer y Hammond, una idea que tomé de los Small Faces, de canciones como «Tin Soldier». Ellos tocan tres teclados diferentes y es lo que he pretendido hacer. He trabajado en este disco en muchos sitios pero solo cuando sentía que era el momento correcto. Podía estar lejos de casa y si me sentía bien llamaba a un amigo, iba a su estudio y grababa maquetas. Para estas canciones me pareció orgánico y bueno hacerlo así. Una vez grabado todo mezclé dos canciones con Pepe Tigruss, en su estudio en Els Poblets. Otras fueron mezcladas en Londres por Mike Burnham, en los estudios Love Buzz. Había trabajado con Pepe Tigruss hace años en su estudio de Gandía haciendo un single, y Mike Burnham había grabado y mezclado la mayoría de los dos primeros álbumes de Johnny Casino cuando vivía en Sídney.
– ¿Cuál es tu proceso para escribir canciones? ¿Qué escribes antes, la música o la letra?
No tengo ninguna fórmula, imagino una música que pueda hacer honores a la letra. A veces tengo unas líneas, lo que podrías llamar un bosquejo, y trato de que la música ayude a expresar el estado de ánimo de esas letras. Suelo acabarlas cuando la música está completa. Otras veces es al revés: tengo la melodía y luego le añado las letras. Tengo muchos cuadernos llenos de frases, de letras, de historias que están esperando ser convertidas en canciones.
– Recurres poco a la ficción. Generalmente tus letras son muy personales.
No escribo con mensajes ocultos. Escribo para mí, sobre cómo me siento, si me siento bien o mal. Tiene que ser honesto. Soy la persona que tiene que tocar, así que necesitan provocar esa emoción. No trato de ser otra persona, solo trato de ser yo. Escribo sobre mi vida y cómo veo las cosas. Con la perspectiva que da el paso del tiempo puedo mirar al pasado y ver qué estaba bien, mal o cómo reaccioné frente a una emoción. Escuchar mi música años después me resulta interesante porque me permite recordar cómo me encontraba o lo que sentía acerca de una persona o de una emoción. No escondo nada en las letras, uso mi corazón y mi fachada. Me gustaría ser un poco más oscuro en las letras pero entonces no sería yo.
– En la reunión de Asteroid B-612 en Marrickville en 2015 se ve que lo estáis pasando bien. ¿Fue muy complejo juntaros de nuevo? ¿Qué pensabas cuando veías a tu izquierda a Grant McIver y Stewart Cunningham?
No lo vi como una reunión. Se nos pidió tocar un concierto como homenaje para un amigo fallecido. ¡Si parece que lo estoy pasando bien es porque estoy tocando rock&roll con amigos! ¡Si no es así, hay que parar el tren y bajar! Decidimos que tocaríamos el álbum The Greenback Blues entero, ya que era el repertorio habitual de aquella formación. Añadimos unos cuantos temas más para completar el bolo. Hubo dos ensayos previos que fueron muy divertidos y nos echamos unas risas. El concierto estuvo muy bien. Recuerdo sentirme feliz cuando acabamos a pesar de que esas canciones no me interesaba tocarlas en ese momento, pero la cuestión no era yo sino un gran amigo que se había ido y nos pidieron hacer esto por él y por su familia. Siempre es un momento maravilloso si estoy sobre un escenario, una mesa de un bar o compartiendo comida en un restaurante con Ben Fox, Scotty Nash, Grant McIver y Stewart Cunningham. Somos como hermanos. Entiendo lo que quieres preguntar, pero se ha dicho mucho de la caída de una banda que eran colegas desde hacía mucho tiempo. Soy consciente de que Stewart y yo hemos añadido mucho combustible al fuego durante años en entrevistas, pero ambos somos personas muy apasionadas y debemos ser perdonados por eso. Creo también que los periodistas han hecho mucho daño enfrentando uno contra el otro, e incluso amigos metiendo cizaña. El resultado fue que un pequeño momento de nuestras vidas se convirtió en más de lo que realmente era. ¡Aquello se convirtió en un circo! Ninguna persona ha hecho mención a por qué Michael Gibbons —guitarrista original de Asteroid B-612— dejó la banda o por qué yo escribí la canción «The 31st To The 2nd» después de su marcha. ¿Puede que la banda tuviera un perfil más alto cuando Stewart y Grant estaban en la banda? Mi opinión es que solo era una banda y que la música debe ser recordada sin importar quién estuviera o no.
– En «Open Your Arms» Stewart Cunningham toca la guitarra slide. ¿Qué sensación te produjo volver a estar juntos en un estudio?
Stewart toca un gran solo de slide. Una vez, donde nos reuníamos para tomar cervezas, estuvimos hablando uno sobre la música del otro y quedamos en que tocaríamos en nuestros próximos discos. Tuve esta idea para Stewart y él la grabó en el estudio de su casa, así que no estuvimos juntos en el estudio. Esto es gracias a la tecnología de hoy. Stewart también tuvo una idea para mí en una de sus canciones de su último álbum, Friday Night Heroes, pero lamentablemente nunca tuve tiempo de hacerlo antes de abandonar Australia. Espero hacer algo en el futuro.
– Los músicos se comunican a través de Facebook, ofrecen sus trabajos en Bandcamp, giran con más frecuencia. ¿Cuál es tu opinión sobre cómo ha cambiado el mundo del rock?
Según cambia el mundo y la tecnología también lo hace la gente, unas veces para mejor y otras a peor. La comunicación es más accesible y ha hecho ciertas cosas más fáciles, pero también nos ha hecho esclavos y ha empeorado la capacidad de relacionarnos físicamente. Preparar una gira ahora es mucho más sencillo. Soy una persona que siempre se ha encargado de todo. No tengo mánager, no tengo agencia. Antes todo era con veinte llamadas de teléfono hasta que alguien contestaba y ahora es por correo electrónico. He hecho cinco giras por Europa y todo lo he hecho a través de contactos, correos, Facebook y apoyándome en personas que tenían capacidad de montar un concierto en su ciudad. Es positivo en este sentido, pero negativo porque la gente no sale a ver una banda si no la ha escuchado antes. Es lo que antes decíamos ir a tomarle el punto a un grupo. Ahora antes de ir compruebas en YouToube y luego tomas la decisión de ir o no. Es triste porque es posible que te pierdas a una banda que luego pueda convertirse en algo importante para ti, o conocer nueva gente que luego puedan convertirse en grandes amigos. ¡Incluso pudieras conocer a tu futura mujer o esposo! Cuando tenía dieciséis años y empecé a ir a conciertos siempre veía a los teloneros, no vaya a ser que fueran geniales y me los perdiera. Así, en mi pequeña parcela tiene más ventajas que inconvenientes. En cuanto a Bandcamp, después de treinta años y con veinte álbumes a mis espaldas es la primera vez que ofrezco mi música de esta forma… ¡y no veas como entra el dinero (risas)! ¡Esto hace que me pregunte sobre todo el que ha entrado en los bolsillos de otros en vez de al mío! Pero ya es tarde para preocuparse de esto, hay que mirar hacia adelante.
– Tú música, ¿cuánta está dentro de ti y cuánta vas a buscarla fuera?
Quiero creer que cualquier cosa que me influye desde el exterior de alguna manera termina sonando muy “Johnny Casino” una vez que pasa a través de mi mente, mi voz y mis manos. Soy un tipo de persona con opinión, así que tengo un montón de cosas para escribir sobre mi propia existencia, o desde el exterior mirando a otros momentos o ideas que veo y oigo. Escucho mucha música tanto antigua como nueva, así que es fácil ser influenciado. La clave es asegurarte de que esas ideas sean tuyas. Mi música se enorgullece de ser honesta, así que incluso cuando estoy trabajando en una idea para otro proyecto suele terminar sonando mucho a Johnny Casino. Puede ser algo bueno o malo, pero al final es lo mío y eso me hace sentirme bien conmigo.
– ¿Cómo funcionan los nuevos temas en vivo?
Algunas de las nuevas canciones se adaptan bien a la fórmula de tres personas, que es como ahora tocamos. Otras canciones más antiguas las hemos adaptado a este formato. De las nuevas, las hay que requieren más instrumentos, pero siempre hay maneras de quitar cosas al núcleo de la canción y que el mensaje quede invariable. Estamos haciendo una versión muy diferente de «Hit The Ground Running» y me encanta tocar de esta manera, tanto que me gustaría grabarla nuevamente. Por el momento estoy disfrutando del espacio que se crea con una guitarra, bajo y batería. Con la guitarra a veces tengo que hacer más y otras menos. Así que cantar y tocar es una buena manera de hacer que la guitarra cubra espacios.
– “Te oigo hablar / Pero no tienes nada que decir”. Siempre me ha parecido que tus canciones son muy directas, aprovechas para ajustar cuentas. ¿Te gusta plantearlas como una conversación entre dos personas?
Estas acusaciones a menudo van dirigidas a más de una persona o a situaciones concretas, y la mayor parte ya fueron expresadas a quienes estoy pensando. A veces estoy repasando antiguas experiencias. He descubierto que pasado el tiempo escribo mejor que cuando estoy encolerizado. En el pasado me limitaba a vomitar frases en arrebatos de rabia o en momentos en los que estaba emocionado por alguna cuestión. Ahora doy algo de tiempo y descubro que soy más comprensivo con ambas partes y puedo reflejarlo mejor. Con más retrospectiva me doy cuenta de que no siempre todos los demás son los culpables, ¡pero a veces las personas son jodida basura y ellos son culpables (risas)! Algunos escritores de canciones son como los políticos, se expresan en círculos y nunca dicen la verdad por lo que te quedas preguntándote qué diablos está pasando. Si eso es lo que quieres en tu vida entonces no soy un escritor para ti. Soy el tipo de persona que te lo dice directamente, sabrás cómo me siento y esperaría lo mismo de ti. Este es el tipo de letra que más me interesa escuchar (se pone a cantar «Idiot Wind» de Bob Dylan).
– Hay una canción que me tiene intrigado: «La Vila Nova». Parece una jam jazzy, no la habitual música de Johnny Casino
¡Espero que la frase “música habitual de Johnny Casino” no se use muy a menudo! Me suena aburrido. Me gustaría creer que desde los tiempos de Asteroid B-612 hemos evolucionado bastante. Incluso el último disco de los Asteroids que hicimos ya era bastante diferente, de nuestro interior salía música y sentimientos más variados. Con respecto a mi música, parte de mi filosofía es encontrar el mejor músico que conozco para cierta parte de una canción o para su totalidad. Cuando escribí «The Deaf Leading The Blind» quería que Ben Fox tocase la batería, Kendall James el bajo y Brad Shepherd la guitarra de doce cuerdas. Tenía el sonido en mi cabeza. No me valían otros de los muchos que conozco, tenían que ser ellos. Creo que esta idea puede dar a mi música flexibilidad y dotarla de un sabor diferente. En cuanto a «La Vila Nova», estábamos Aitor, Julián, Isidro y yo en los estudios Tigruss de Gandía trabajando dos canciones, «No Direction Home» y «I Let You Down», y nunca la habían tocado. Yo estaba comentándoles las ideas que tenía en la cabeza, así que las aprendimos ese mismo día. De pronto se me ocurrió una para la introducción de «No Direction Home» pero les sugerí que la tocaran a mitad de velocidad pero con un toque más ligero. Estaba con Pepe en la sala de control y le dije que diera al botón de grabar. Así nació. Básicamente es exactamente la misma música que «No Direction Home» tocada más lenta y con un sentimiento diferente. Hemos añadido un Hammond, un poco de guitarra aquí y allá y Carrie Phillis que puso su armónica voz fantasmal. Y allí la tienes. La canción nunca tuvo la intención de que tuviera letra. Pensé en usarla como la canción «Night Theme» de Iggy Pop y James Williamson en Kill City, una melodía para finalizar la cara A y empezar la cara B. Pero me gustó como pieza completa, no como un cierre e introducción.
– ¿Qué es lo más influyente que le ha ocurrido al rock en los últimos veinte años?
Que la gente por fin está aprendiendo que el rock no vale nada a menos que te diga algo, que te provoque sentimientos. Espero que esto sea lo que está influyendo en las personas. Algunos dirán que Chuck Berry solo influyó en la gente y en la música hace cincuenta a sesenta años. Yo pienso que todavía es influyente y que lo seguirá siendo durante muchos años más, y no solo por su música sino por su particular manera de contar maravillosas historias. En los últimos veinte años he aprendido que no necesito amplificadores de 100 vatios para expresar mi mensaje y mis puntos de vista. ¡Y estoy muy feliz por haber aprendido esto! No puedo decir lo que más ha influido a la música, puedo decirte lo que más me ha influido a mí. Me gusta la música y la escucho en cualquier formato, aunque sigo prefiriendo el vinilo, pero no me molestan los CD ni tampoco los mp3 en mi iPod. Da igual, solo quiero escuchar música. Creo que la irrupción del CD hace más de veinte años ha influenciado a la música para bien y para mal. Fue una oportunidad para que muchas bandas pudieran darse a conocer y vender su producto. ¡Es una forma barata de producir música y dirigirla a un público amplio! De esta forma no tenían que esperar para ser descubiertas. Podías hacerlo en vinilo, pero es más caro y no puedes hacértelo tú. Lo malo es que hay mucha música por ahí y no es siempre es buena. Hay mucha comida en las tiendas de alimentación, pero, ¿cuánta es buena?
– ¿Cuál es el secreto de la longevidad de Johnny Casino?
Soy feliz tocando música solo o acompañado, en mi casa, en una barbacoa, en un bar, en un gran festival, en un estudio de grabación, en mi porche. Me gusta tocar. Me gusta escribir canciones y siento que me expreso bien con ellas. Cuando llegue el día en que ya no me haga feliz o que ya no me permita expresarme, ya no habrá más Johnny Casino. ¡Pero hasta que llegue ese día va a haber mucho Johnny Casino os guste o no (risas)!
Texto: Manuel Beteta
Fotos: Belinda Bono