Es imposible quedar indiferente ante un combo que combina el soul psicodélico de los setenta con la ropa vintage, la serie B, los superhéroes, el tropicalismo y el sonido pop romántico de bandas sudamericanas retro como Los Ángeles Negros. Para este nuevo trabajo, el tercero en su carrera, cuentan como productor con Leon Michaels (Dap Kings), todo un veterano de la escena soul neoyorquina y que les ha aportado un punto más de negritud a esa amalgama de referentes anteriormente citados. Y si los malpensados puedan llegar a anticipar que estos múltiples y llamativos referentes puedan servir para, tras el artificio, ocultar la carencia de talento compositivo, habría que decirles que pinchen este álbum de título irónico y redundante y a ritmo de «Friendship (Is a Small Boat in a Storm)» o «Jealousy» comprobarán que estos chicanos angelinos tienen la clase, el talento y el groove suficiente para captar nuestra atención y crear un artefacto sonoro que nos pueda acompañar en las cálidas noches del próximo verano, margarita en mano.
RUBÉN GARCÍA
