Nuevos no son estos revivalistas punk londinenses, y tal como indica el nombre de su nueva entrega nos encontramos ante su cuarto larga duración. A pesar de su procedencia geográfica su concepción punk-rock tira más hacia el otro lado del océano. Influencias nada veladas de Social Distortion, leves dejes a Dropkick Murphys y un cierto espíritu Oi! que pulula por todo el minutaje del disco. Lo cierto es que sin ser la panacea entran bien y dan lo que necesitamos ahora que Social Distortion están en el limbo. Saben facturar himnos para corear puño en alto y con cerveza en mano, como la enrabietada «No Rules» o «Fool’s Paradise» o nos hacen también recordar a los añorados Demolition 23 en «Carry On». Un festín punk-rock luminoso como el sol californiano y que va ganando tras sucesivas escuchas. Como ya se ha apuntado la innovación no entra en sus planes, pero su energía levanta mucho el ánimo y resulta harto difícil resistirse a andanadas como «Life’s a Gamble». Un combo a tener en cuenta no ya si uno se debe a una dieta punk-rock, sino para cualquiera al que le guste el rock sin paliativos. Y si en disco ya nos dan un buen meneo todo apunta que sobre las tablas deben ser fiesta garantizada.
XAVI MARTÍNEZ