Se combinaron los designios divinos, o infernales en este caso, y en la misma noche coincidieron, como artista principal y teloneros, el genuino representante del rock and roll dudua sevillano y la sección de vientos más pluriempleada del estado. Los sopladores liderados por Dani Niño presentaron su flamante “Roaster Sinner”, elegante y sinuosa colección de instrumentales que revelan su amor por los tórridos vientos sureños, plenas de swing y con un excelente nivel instrumental que explica por qué son una de las backing band más cotizadas del país. Luego llegó el turno de Pájaro: lo mismo que es inherente una ciudad como Nueva Orleans engendrar artistas como Eddie Bo o Captain Longhair, solo esa mezcla de pasión rocanrolera, latin lover de polígono y pasión semana santera propias de Sevilla alumbra a artistas como Andrés Herrera. Liderada la banda por la excelsa guitarra de Raúl Fernández, pasado el arranque del show con temas instrumentales que revelan que de Link Wray también son hermanos cofrades, ya con los Avernos sobre el escenario, se encadenaron algunas de las piezas más sobresalientes de su repertorio, que con el empaque de la sección de vientos y tres guitarras entrelazadas resultaron sublimes: “Viene Con Me”, la irresistible lectura de “Guarda Che Luna” o ese trasunto del “Return To Sender” preslyano que lleva por título “Bajo El Sol de Medianoche” sonaron macizas y elegantes, preludio de un punto final reivindicativo, que a los sones de “A Galopar” de Paco Ibáñez alertó a los presentes sobre el resurgimiento del fascismo en este mundo cruel que nos ha tocado vivir.
Texto: Manuel Borrero
Foto: Eva Fraile