Como los cálidos tonos pastel que dominan la suerte de patchwork que ilustra su portada, la propuesta del quinteto almeriense apuesta por un cariñoso trato de la parte melódica de las canciones, alejado de la urgencia propia de las bandas power-pop, inadecuada etiqueta que alguien le colocó, calificativo que a todas luces se les queda corto. Estas nuevos doce temas se han de disfrutar pausadamente, sin prisas, y es en esa tesitura en la que el oyente atento calibrará la buena mano que The Real Me demuestran con las melodías, bañando con una atractiva pátina de clasicismo todo el álbum: si en «It’s Not What You Know» o «No More Love Songs» muestran su faceta más rítmica, esta última con un atractivo soniquete que trae a la memoria a The Plimsouls algo relajados, temas como «The Waterboatman’s Song» engatusan con su sencillos pero adictivos coros, lo mismo que la preciosa y muy luminosa «Oh Jean» denota que han seguido con atención la trayectoria de Teenage Funclub. Al igual que los galeses, a archivar en el apartado de orfebrería pop.
MANUEL BORRERO